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Actividad de Semana Blanca: 5.1 de la pág. elegida. (Por favor, colgar tb. vuestro fragmento aquí)

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  1. Fragmento:

    Hoy ha sido un día chusco, feo, absurdo. Son ahora las once de la noche. Estoy sentado
    en mi cuchitril y hago inventario de lo acaecido. Empezó con que por la mañana tuve
    que jugar a la ruleta por cuenta de Polina Aleksandrovna. Tomé sus ciento sesenta
    federicos de oro, pero bajo dos condiciones: primera, que no jugaría a medias con ella,
    es decir, que si ganaba no aceptaría nada; y segunda, que esa noche Polina me explicaría
    por qué le era tan urgente ganar y exactamente cuánto dinero. Yo, en todo caso, no
    puedo suponer que sea sólo por dinero. Es evidente que lo necesita, y lo más pronto
    posible, para algún fin especial. Prometió explicármelo y me dirigí al Casino. En las
    salas de juego la muchedumbre era terrible. ¡Qué insolentes y codiciosos eran todos!
    Me abrí camino hasta el centro y me coloqué junto al crupier; luego empecé
    cautelosamente a «probar el juego» en posturas de dos o tres monedas. Mientras tanto
    observaba y tomaba nota mental de lo que veía; me pareció que la «combinación» no
    significa gran cosa y no tiene, ni con mucho, la importancia que le dan algunos
    jugadores. Se sientan con papeles llenos de garabatos, apuntan los aciertos, hacen
    cuentas, deducen las probabilidades, calculan, por fin realizan sus puestas y… pierden
    igual que nosotros, simples mortales, que jugamos sin «combinación». Sin embargo,
    saqué una conclusión que me parece exacta: aunque no hay, en efecto, sistema, existe
    no obstante, una especie de pauta en las probabilidades, lo que, por supuesto, es muy
    extraño. Ocurre, por ejemplo, que después de los doce números medios salen los doce
    últimos; dos veces -digamos- la bola cae en estos doce últimos y vuelve a los doce
    primeros. Una vez que ha caído en los doce primeros, vuelve otra vez a los doce
    medios, cae en ellos tres o cuatro veces seguidas y pasa de nuevo a los doce últimos; y
    de ahí, después de salir un par de veces, pasa de nuevo a los doce primeros, cae en ellos
    una vez y vuelve a desplazarse para caer tres veces en los números medios; y así
    sucesivamente durante la
    hora y media o dos horas.

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    1. 5.1-Comentario crítico:
      Con respecto a este fragmento, hay varios matices importantes tanto de los personajes como en la obra en sí que llaman la atención. Alexei se presenta como un personaje inteligente, analizador, y orgulloso. A lo largo de la novela experimentará un proceso de metamorfosis a causa de su adicción al juego transformándose en un personaje incapaz de controlarse a sí mismo, guiado por el azar.
      Alexei Ivánovich es un personaje veraz y que se asemeja bastante a la realidad. Es, básicamente, el alma atormentada de Dostoievski. Pero también es un retrato de gran parte de los rusos de la época que viven en el extranjero: extravagantes, apasionados, orgullosos, ridículos y degradados en muchos casos. Como conclusión podemos decir que nos encontramos ante una novela de ágil, amena y en la que se reflejan la avaricia por el dinero, la locura por la ludopatía y la obsesión por el amor que llegan a alcanzar incluso un punto por debajo del juego, es decir, es tal la addicción que el amor pasa a jugar en otro plano.
      El relato aparece desordenado y casi improvisado, como un diario de viaje, el desorden y el caos que se dieron en la vida privada y sentimental de su autor. Dostoievski teje los hilos de una historia de amorodio, dinero, y adicción, es decir, joyas del realismo social de la época. Podemos decir pues, que el azar era para Dostoievski la supeditación de la voluntad, del amor, de la vida y del sino abandonado a la suerte incierta de un juego: la ruleta.

      El tema tratado en la novela está muy ligado a la sociedad actual y se está haciendo cada vez más presente en nuestro día a día. Se trata de la creciente adicción que se está desarrollando en torno a los juegos de azar, también conocida como ludopatía. Esta enfermedad provoca familias rotas, endeudadas e incluso con problemas legales, e incluso algunas personas terminan robando para saciar su terrible vicio. Es por tanto una adicción reconocida como puede ser el tabaco o el alcohol, que aunque difíciles de superar, pueden ser vencidas a base de perseverancia, constancia, fuerza de voluntad, ayuda profesional y por supuesto el apoyo familiar.

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  2. Fragmento:
    Cuando, por primera vez en mi vida, puse los pies en la sala, permanecí algún tiempo dudando antes de jugar. Además, la gente paralizaba mis movimientos. Pero aunque hubiese estado solo, habría ocurrido exactamente lo mismo. Creo que, en vez de jugar, quizá me habría salido enseguida. Lo confieso: el corazón me latía con violencia y no estaba tranquilo. Desde hacía tiempo estaba persuadido de que no saldría de Ruletemburgo sin una aventura, sin que algo radical y definitivo se mezclase fatalmente a mi destino. Así debe ser y así será.
    Por ridícula que pueda parecer esa confianza en la ruleta, me parece todavía mucho más risible la opinión vulgar que estima absurdo el esperar algo del juego. ¿Es que es peor el juego que cualquier otro medio de procurarse dinero, el comercio, por ejemplo? Verdad es que de cien individuos uno solamente gana, pero... ¿qué importa eso?
    En todo caso estaba decidido a observar primero y no acometer nada de importancia aquella noche. El resultado de esa primera sesión no podía ser más que fortuito e insignificante. Tal era mi convicción en aquellos momentos

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    1. Comentario: Nos situamos ante un fragmento de la obra de "El Jugador" de Dostoievski en el que se narra la primera vez en la que Alexei va al casino. En un primer momento, se siente algo inquieto, intranquilo y nervioso posiblemente causa de la enorme confianza que a depositado en la ruleta o visto desde otro punto de vista, puede ser un indicio de su fatal destino; su adicción al juego.
      Este tema, es claramente visible durante toda la novela, ya que aunque Alexei en principio se muestra algo pasivo hacia la obsesión del juego, considerando que si hubiera acudido solo no hubiera jugado. Pero esta mentalidad es la de un claro jugador obseso, ya que aunque el no pudiera maginar a lo que llegaria, el depositar su esperanza en la ruleta y considerar absurdo las opiniones que estiman que el juego es un vicio mas como cualquier otro y al resultarle indiferente la poca probabilidad de sacar algo rentable de el.
      Por otro lado, el confiesa que predice que una aventura se va a cruzar en su destino, dando un giro radical a su vida, pero Alexei tiene tal confianza en él que no llega a imaginar que el juego seria su próxima debilidad. En consecuencia, se muestra una claramente de un jugador adicto y compulsivo, ya que por ejemplo un adicto a la droga siempre considera que el controla , que no le va a pasar nada y que en el momento que el quiera puede dejarlo.
      Por tanto, el juego, es una adicción como cualquier otra; la droga, el tabaco, el alcohol,... y las personas que la sufren en sus primeros comienzos no se dan cuenta de el camino en el que se están metiendo; lo ven como una tonteria pasajera que la toman y la dejan cuando quieren y les sirve como una forma de escape de los momentos más difíciles.
      La adicción, es algo muy serio y que se debe de coger a tiempo, antes de que se haga más complicado y sólo con fuerza de voluntad, confianza en ti mismo, ganas y empeño se conseguirá. Evidentemente, el factor medico y psiquiátrico esta en igualdad de importancia. No debemos de olvidar, que cuando no enfermedad sea cual llega a una persona, afecta a su entorno y familia, haciéndoles participes de ella. Y es que el juego es una enfermedad como cualquier otra que cuando llega arrasa con todo.

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  3. Fragmento selectividad 2010/11
    Serían las siete de la mañana cuando desperté. El sol iluminaba la habitación. Polina estaba sentada junto a mí y miraba a su alrededor con un aire extraño, como si saliera de la oscuridad y tratara de reunir sus recuerdos. Acababa de despertarse y tenía fija la mirada en la mesa y el dinero. Yo sentía la cabeza pesada y dolorida. Quise coger a Polina de la mano; ella me rechazó y se levantó bruscamente del sofá. La mañana aparecía nublada. Había llovido antes de amanecer. Se acercó a la ventana, la abrió y asomó la cabeza y el pecho, descansando sobre las manos, los codos apoyados en el alféizar, permaneció así algunos minutos, sin volverse hacia mí y sin escuchar lo que yo le decía. Una idea me vino a la mente que me llenaba de pavor: ¿qué iba a suceder y cómo acabaría todo aquello? De pronto, se apartó de la ventana, se acercó a la mesa, y mirándome con expresión de odio infinito, los labios temblorosos de ira, me dio:
    -¡Bueno, dame mis cincuenta mil francos!
    -Polina, vuelves otras vez con lo mismo- me atreví a decirle.
    -¿Qué pasa? ¿Has cambiado de idea? ¡Ja,ja,ja! ¿Ya te has arrepentido?
    Veinticinco mil florines, contados desde la víspera, estaban sobre la mesa, los cogí y se los di.
    -Son míos, ¿verdad? ¿Verdad? ¿No es así?- me preguntaba con odio, mientras sostenía el dinero en la mano.
    -Siempre han sido tuyos- dije.
    -¡Pues aquí los tienes!- y levantando el brazo me los arrojó a la cara.
    El paquete me dio de lleno en el rostro y se dispersó por el suelo. Seguidamente Polina salió corriendo.
    Fiódor Dostoievski, El jugador.

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    1. 5.1
      Nos encontramos ante un fragmento de la obra “El jugador” de Dostoievski, que podemos localizar en el desenlace de la misma, y que nos muestra lo que sucede tras la noche que Alekséi y Polina pasan juntos. El fragmento comienza con un Alekséi que acaba de despertarse tras pasar la noche junto a su amada Polina y tras haber ganado una enorme cantidad de dinero en el casino. En la habitación distingue a Polina, la cual se encontraba ya despierta. La encuentra distinta y extraña, no es la misma que la noche anterior. Aquí podemos observar y deducir que se ha producido un cambio en la mentalidad de Polina. En su interior se está produciendo una batalla de sentimientos, mezclados con los recuerdos de la noche anterior y pareciera que está tomando una decisión. Además, tiene la mirada fija en el dinero que Alekséi ganó en el casino. Ese dinero es la mayor evidencia de la adicción al juego en la persona de Alekséi: aunque la ame, Polina es consciente de que el juego se ha convertido en aquello que le hace sentir vivo y es algo que sabe que no cambiará.
      Cuando él se levanta, se encuentra dolorido, debido al frenesí y la intensidad con la jugó en el casino la noche anterior para conseguir el dinero de Polina. Cuando la ve e intenta cogerla de la mano, ella lo rechaza y se dirige a la ventana. Podríamos deducir que su contacto sólo haría empeorar la situación, la cual la ha sobrepasado, y necesita aire fresco para pensar y tomar una decisión final. Asomada en la ventana, cayéndole la lluvia, se da cuenta de la situación: es correspondida por el hombre al que ama, pero para él, su prioridad ahora es el juego. Si permanece con él, destruirá su fututo y el de sus hermanastros. Por ello, debe actuar en beneficio de todos, y dejar de lado sus verdaderos sentimientos.
      En las siguientes líneas, Alekséi parece darse cuenta del cambio drástico en la actitud de Polina y la incertidumbre se apodera de él. Es cuando Polina se retira de la ventana, cuando mantienen una conversación. Al dirigirse a él, describe a una Polina llena de odio e ira. Polina se encuentra en ese estado porque odia en lo que Alekséi se ha convertido, y porque su ludopatía impide que ambos puedan estar juntos.
      En la breve conversación que mantienen, Polina pregunta por su parte del dinero, la cual necesita para saldar su deuda con Des Grieux. Alekséi le repite que todas sus ganancias le pertenecen. Es aquí cuando a los ojos de este último Polina enloquece. Tras preguntarle Polina si el dinero es suyo y él asentir, ella le arroja todo el dinero a la cara y se marcha. Polina ya no quiere nada que provenga de él, y se ha dejado llevar por la ira y el odio del momento. Aquí podemos observar cómo Alekséi nunca ha comprendido a Polina, y no entiende lo grave de la situación. Y es que por culpa del juego, una barrera puesta por él, no pueden estar juntos.
      Por último, podemos concluir con la observación de que la ruptura o separación a causa del juego no se produce sólo en esta obra, sino que es un hecho frecuente en la actualidad. Por culpa del trastorno de la ludopatía, muchas parejas han acabado separadas, pues la única prioridad de los que lo padecen es el juego, y lo anteponen sobre todas las cosas, incluso sobre la persona amada.

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  4. ¡Mister Astley se equivocaba! Si yo había sido duro e injusto con respecto a Polina y a
    Des Grieux, injusto y duro había él sido para con los rusos. No me quejo por mí. No se trata de
    eso tampoco. Son hechos y no palabras lo que hace falta. Lo esencial ahora es Suiza. Mañana
    mismo... ¡Oh, si fuese posible marchar mañana! Es preciso convertirse en un hombre nuevo,
    resurgir. Quiero demostrarles... Polina sabrá que aún puedo volver a ser un hombre. Basta, para
    esto... Hoy es demasiado tarde, pero mañana... Tengo una corazonada. ¡No puede fallar! ¡Me
    quedan quince luises y empecé con quince florines! Si al principio se juega con prudencia...
    ¿Seré un chiquillo? ¿Es posible? Pero... ¿quién me impide que rehaga mi vida? Con un poco de
    energía puedo en una hora cambiar mi suerte. Lo principal es tener carácter. No tengo más que
    recordar lo que me ocurrió hace siete meses en Ruletenburgo, antes de perderlo todo. Fue un
    ejemplo notable de lo que puede muchas veces la decisión. Lo había perdido entonces todo...,
    absolutamente todo...
    Al salir del casino siento que dentro de mi bolsillo se mueve algo. Es un florín: "Ya tengo
    bastante para comer", me dije. Pero después de haber andado unos cien pasos, cambié de
    parecer y me volví.
    Puse aquel florín en el manque. Verdaderamente se experimenta una sensación singular
    cuando, solo, en tierra extraña, lejos de la patria y de los amigos, y sin saber si uno podrá comer
    el mismo día, se arriesga el último florín. Gané, y cuando veinte minutos más tarde salí del
    casino, me hallaba en posesión de ciento setenta florines. He aquí lo que son las cosas, lo que a
    veces puede significar el último florín. ¿Y si yo ahora perdiese los ánimos y no me atreviera a
    tomar nuevas decisiones?
    ¡No, no; mañana ...! ¡Mañana todo habrá concluido!

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    1. Aleksei acaba de recibir la noticia que anhelaba desde hacía bastante tiempo, Astley le ha dicho que Polina está en Suiza y desea saber cómo se encuentra ya que está y siempre estuvo enamorada de él, pero el inglés también le reprocha que fue my duro y cruel con ella, que no se merece estar con Polina ya que le trató mal, escogiendo a la ruleta antes que a ella.
      Aleksei se siente molesto y piensa que estas acusaciones del inglés son falsas por eso quiere demostrar su amor por Polina e ir a Suiza con ella. Entre exclamaciones expresa su deseo de ir a Suiza mañana mismo, pero lo ve como imposible, también desea convertirse en un hombre nuevo, esto implicaría abandonar su adicción por el juego, algo imposible ya que se ha convertido en un ludópata.
      Aunque quiere marchar mañana poco después se rectifica y dice que es demasiado tarde, no puede avanzar y dejar el juego, intenta engañarse a sí mismo diciendo que recuperará a Polina yendo a Suiza pero sabe que le gusta más la ruleta y no puede, por eso siempre acaba diciendo que hoy es demasiado tarde, que mañana lo haría.
      Si de verdad le importase tanto Polina y estuviese enamorado de ella no tendría ninguna excusa y partiría para Suiza desde el primer momento en el que Astley le dijo que ella le quiería, ya que las ganas de ver a la persona que amas siempre son inmensas y aun más si descubres que ese amor es correspondido cuando creías lo contrario, no importan los medios ni la situación en la que estés, si estás realmente enamorado no ves más allá del amor que sientes.
      Aleksei sin embargo cree que antes de partir debe conseguir dinero, que con el que tiene no será suficiente y fantasea con la posibilidad de ganar una gran suma como aquella vez hace siete meses, pero lo que de verdd le gusta es esa sensación de adrenalina cuando apuesta, ya que en unos segundo puedes perderlo todo o ser rico, esta sensación parece gustarle más que Polina ya que piensa más en esa jugada que en ella.
      El protagonista no se conforma con el dinero que tiene, siempre quiere más y lo apuesta por poco que tenga con la esperanza de aumentar la cifra, esto mismo le ocurre este día, en vez de conformarse con lo que tiene y buscar a Polina, la única que le ama, sigue pensando en apostar el dinero que le queda, esto es fruto de su enfermedad, la ludopatía.
      Hace una pregunta retórica:"¿Y si yo ahora perdiese los ánimos y no me atreviera a tomar nuevas decisiones?", se contesta a el mismo que no, que el día de mañana todo habría concluido, pero si deja para mañana lo que podría haber hecho hoy, mañana se volverá a repetir la misma pregunta, y así día tras día, enganchado a su verdadero amor, la ruleta.

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