.Mary Patricia Plangman Highsmith nació el 19 de enero de 1921 en Fort Worth, Texas (Fort Worth, Tejas, 1921-Tegna, Suiza, 1995). Sus padres se divorciaron cinco meses antes de nacer Patricia y no conoció a su padre hasta los doce años.
Durante los primeros años de vida fue educada por su abuela materna, Willi Mae.
En 1924 su madre se casó con con el dibujante Stanley Highsmith, tenía tres años, y siempre lo consideró un instruso.
Se trasladaron a Greenwich Village, en Nueva York. Pero a partir de entonces fue una niña solitaria y con tendencia a la introspección.
La joven Highsmith mantuvo una relación intensa y complicada con su madre y con su padrastro. Según contó la propia Patricia Highsmith, su madre le confesó que durante su embarazo había tratado de abortar bebiendo aguarrás. Highsmith nunca superó esta relación de amor y odio, que la acompañó durante el resto de su vida y que llegó a convertir en ficción en el cuento "The Terrapin," en el cual un joven apuñala a su madre.
Los Highsmith se trasladaron a Nueva York en 1927 y, aunque él no la adoptó legalmente, todos empezaron a llamarla Highsmith. Asistió a la escuela Julia Richmond y a los nueve años leía a Dickens y releía Crimen y castigo, de Dostoievski. Siendo muy joven leyó The human mind, de Karl Menninger, libro que incluye estudios científicos sobre conductas anormales. 'Me di cuenta de que el hombre o la mujer de la casa de al lado podía tener una extraña psicosis sin que yo pudiera apreciarlo', escribió años más tarde en uno de sus diarios. Un ejemplar de The human mind, completamente subrayado, se halla entre los papeles depositados en Berna.
Durante el instituto ya supo que quería ser escritora y escribió que los asuntos que más le interesaban eran la culpa, la mentira y el crimen. También la mística cristiana.
Poe, Conrad y Dostoievski encabezaban la lista de sus autores preferidos en esa época. Fue luego al Barnard College para chicas de la Universidad de Columbia. Era guapa, inteligente, perseverante y muy seria y tímida. No se entendía bien con sus padres y tenía sentimientos de culpabilidad por sus tendencias homosexuales.
Acabó los estudios universitarios en 1942 y empezó a trabajar en 1943 en la editorial Fawcett, donde hacía sinopsis de historias de cómics aunque pronto empezó a escribir sus propios guiones. Ese mismo año, cuando tenía 22, consiguió piso propio: una habitación, cocina y baño por 40 dólares al mes. Y se embarcó en su primera novela, The click of the shutting, que más adelante describió como 'una historia espeluznante'.
Escribir era todo un ritual para ella, según explica en sus diarios. Todo cuanto la rodeara tenía que ser de máxima calidad: los mejores cigarrillos, una blusa recién planchada. En la pared, dos sables cruzados, uno de la guerra civil ameriana y otro de la guerra de Cuba, objetos a los que se podía 'agarrar' y que la acompañaron durante toda su vida.
Dejó las juventudes comunistas, a las que se había vinculado en la universidad, porque le robaban tiempo para la literatura. El dinero no le llegaba a fin de mes y, además de su trabajo en Fawcett, tuvo que escribir pequeñas redacciones para otra editorial. Tampoco le alcanzaba el tiempo para todo lo que quería hacer, el trabajo, la literatura, cursos de dibujo, el cine, visitas a museos, una serie de aventuras amorosas. Sabía que durante sus encuentros con las amigas bebía demasiado. A los 24 años decidió cortar y viajar a México, donde estuvo, en Taxco, cinco meses. Fue una experiencia deprimente.
En su vida solitaria hubo una excepción: los caracoles. Los criaba, los dibujó, fueron protagonistas de algunas de sus historias, se los llevaba consigo cada vez que se mudaba de casa. También los gatos. Cuando murió Sammy escribió en su diario: 'Sammy no era posesión de nadie, como no lo es ningún gato. No obstante, yo era el único ser humano de su vida y ella fue, con toda seguridad, mi única compañera. En este mundo, en el que existen los cerdos y personas nada atractivas, supe apreciar su belleza con particular intensidad'.
Trabajando en Fawcett precisamente descubre su homosexualidad, tema que tratará más adelante cuando en 1952 aparezca bajo el pseudónimo de Claire Morgan su novela El precio de la sal.1 Trata de la problemática historia de amor entre dos mujeres, con un final feliz insólito para la época. Treinta y tantos años después la reimprimió con el título de Carol y descubriendo que era ella la verdadera autora, revelando en su epílogo las comprensibles razones del anonimato inicial. Finalizaba con estas palabras: "Me alegra pensar que este libro le dio a miles de personas solitarias y asustadas algo en que apoyarse".
En 1950 publica su primera novela, Extraños en un tren, por la que saltaría a la fama un año después con la adaptación al cine de Alfred Hitchcock. Empezó a escribir Extraños en un tren en 1947 y la acabó gracias a una beca de la Fundación Yaddo, en el Estado de Nueva York, dos años después. Fue rechazada por cinco editoriales. En Yaddo fueron sus compañeros Flannery O'Connor y Chester Himes. Ese año Highsmith supo que tenía que publicar historias 'falsas' para poder sobrevivir económicamente. 'Que Dios me perdone por emplear mi talento en favor de la fealdad y de la mentira', escribió en su diario en diciembre de 1947. Las novelas comerciales le permitieron viajar a Europa hasta que se fue definitivamente de Estados Unidos. En 1963, se instaló en Positano (Italia), donde 12 años antes había descubierto el 'modelo' para Tom Ripley. Con El talento de Mr. Ripley (1954) termina la primera etapa de Highsmith, de la que los primeros años, decía, fueron de furioso aprendizaje. Algunos meses después de terminarla, escribió en un cuaderno de apuntes que por primera vez en su vida había 'perdido el sentido de lo bueno y lo malo'. Ya no estaba sometida a la moral convencional. Le siguieron Mar de fondo, Un juego para los vivos, Dulce mal... Después de Italia, se fue al sur de Inglaterra y luego a Francia. En los ochenta se instaló en Suiza, donde, en Tegna, en 1987, se hizo construir una casa en un terreno de 2.100 metros cuadrados. Vivió allí hasta su muerte, el 4 de febrero de 1995.
El pesimismo de sus historias y la crueldad materialista de sus análisis éticos fueron mal acogidos en Estados Unidos, pero no en Europa, y como sus ideas políticas de sesgo comunista contrariaban al american way of life, abandonó el Nuevo Mundo y se trasladó para siempre a Europa en 1963. Residió en East Anglia (Reino Unido) y en Francia, y sus últimos años los pasó en Tegna al oeste de Locarno (Suiza), donde falleció el 4 de febrero de 1995.
Según cuenta su biografía, Beautiful Shadow, su vida personal era problemática, en parte por su alcoholismo; nunca tuvo una relación sentimental que durase más que unos pocos años, ni siquiera con la también novelista Marijane Meaker, y algunos de sus contemporáneos la tachaban de misantropía, en lo que hay algo de cierto. Prefería la compañía de sus muchos gatos y caracoles y una vez dijo: "Mi imaginación funciona mucho mejor cuando no tengo que hablar con la gente". También se la ha acusado de misoginia por sus Little Tales of Misogyny y de antiamericanismo por sus Tales of Natural and Unnatural Catastrophes; lo cierto es que su fama de escritora morbosa no la hizo especialmente vendible en los Estados Unidos.
Fue una de las obsesiones de la escritora: que su agitada vida sentimental, su imparable carrera hacia la soledad, no interfiriera en la creación literaria. 'No esperar que algún día y en modo alguno tendría una vida sentimental apacible y, sobre todo, que esto no se convirtiera en una condición para escribir'. Lo cumplió. En 1961 escribió su firme decisión de no volver a vivir con un ser humano. No lo cumplió del todo, pero año tras año se fue encerrando en la soledad.
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