No hay para el romántico ideal más bello que el perdido.
(Russel P. Sebold)
En 1789 la Revolución Francesa extendió por Europa un sentimiento de libertad, e igualdad ciudadanos. Pero
las guerras napoleónicas provocaron una reacción nacionalista en toda
Europa. Los territorios invadidos por Napoleón opusieron resistencia al
uniformismo bonapartista y despertaron un sentido de identificación y
amor a la tradición patria que desembocó en un acérrimo nacionalismo, en
una búsqueda de libertad y en una defensa de los valores nacionales o
locales. Esto llevó a reafirmar las monarquías absolutas con el fin de
combatir a Napoleón, quien se había proclamado emperador e intentaba
crear una nueva dinastía.
¿QUÉ ES EL ROMANTICISMO?
«El romanticismo es a la vez un movimiento revolucionario que abarca desde la política a las letras, y una nueva valoración de actitudes y paisajes, desde el paisaje interior a la proyección del alma sentimental sobre el mundo externo. Romanticismo es la Revolución francesa y un drama de Hugo; el nuevo concepto de la naturaleza por Rousseau y un poema de Byron; la síntesis del Fausto y el análisis psicológico del Werther.» (Valbuena Prat 1968, vol. III, p. 116)
El término romántico se
aplica literariamente al movimiento cultural que se desarrolla en
Europa desde fines del siglo XVIII-XIX y que, en oposición al clasicismo
anterior, potencia un individualismo animado por la fantasía y el sentimiento.Lo
que sí está claro es que el Romanticismo supone una ruptura con una
tradición, con el orden y la jerarquía de valores culturales y sociales
anteriores, y todo en nombre de una libertad auténtica de expresión
individual.
Nace en el último cuarto del siglo XVIII 1º en Alemania y casi al mismo tiempo en
Inglaterra , pasa luego a Francia desde donde se extiende a España,
Italia y Rusia. Y aunque el espíritu del Romanticismo se difundió por
toda Europa, cada país adaptó a su modo las ideas fundamentales románticas, creando cada uno su propio Romanticismo. Hay
varios Romanticismos según el tiempo y los lugares. El Romanticismo es
un movimiento que brota de múltiples fuentes: católicas, protestantes,
naturistas, etc.
«La
primera generación en la que prendió la sensibilidad romántica estaba
entusiasmada con la Revolución [1789]. Compartían con los que tomaron la
Bastilla el desafío de luchar por la libertad, sólo que para los
románticos esa libertad no era sólo política sino también interior.
Cuando llegó la época del Terror, se distanciaron de Francia, ya que
rechazaban la idea de Robespierre de considerar a todos por igual. Todo acabó en el Congreso de Viena [1814-1815], en la que se reorganizan las fronteras de Europa tras la derrota de Napoleón.
Además tras la muerte de Goethe en 1832, la actitud romántica sufre una clara cesura y se impone el Realismo. La industrialización moviliza a la gente hacia la política y se apaga la radicalidad romántica, que volverá a surgir a finales del XIX.» (Rüdiger Safranski: Romanticismo. Una odisea del espíritu alemán. Madrid: Tusquets, 2009)
Además tras la muerte de Goethe en 1832, la actitud romántica sufre una clara cesura y se impone el Realismo. La industrialización moviliza a la gente hacia la política y se apaga la radicalidad romántica, que volverá a surgir a finales del XIX.» (Rüdiger Safranski: Romanticismo. Una odisea del espíritu alemán. Madrid: Tusquets, 2009)
Desde el punto de vista literario supone una reacción frente a las formas rígidas del clasicismo y del neoclasicismo del siglo XVIII.
Busquedad de la libertad en las imágenes, en las ideas, en los sentimientos, en la expresión y en los temas, buscando lo humano, lo nacional, lo heroico, lo divino y lo extraordinario.
Ruptura en las formas literarias y en la métrica: Uso de la polimetría y ruptura de la regla de las tres unidades grecolatinas.
Busquedad de la libertad en las imágenes, en las ideas, en los sentimientos, en la expresión y en los temas, buscando lo humano, lo nacional, lo heroico, lo divino y lo extraordinario.
Ruptura en las formas literarias y en la métrica: Uso de la polimetría y ruptura de la regla de las tres unidades grecolatinas.
El
romanticismo es una de las literaturas más amplias y ricas del mundo y
por eso mismo, compleja; sobre todo en su definición. La mejor
definición del Romanticismo la dió el poeta alemán Novalis, amigo de
Goethe:
"Hay
que hacer romántico el mundo. Entonces descubriremos una vez más su
significado original. Hacer romántico algo no es sino una potenciación.
Donde el yo inferior se identifica con el yo superior. Y doy un
significado superior a lo vulgar y rutinario, un aspecto misterioso a lo
acostumbrado, un aire infinito a lo finito, estoy "romantizando".
La norma es la libertad de inspiración. Las
viejas normas clásicas se consideran sin sentido, se proclama la
libertad literaria. Predomina el concepto de “genio”, que no admite
imposiciones por hallarse por encima de todo el mundo de los cánones.
En poesía surge una polimetría musical. En el teatro se rompen las tres unidades clásicas de lugar, tiempo y acción y se vuelve a la técnica del siglo XVII.
Lo irracional se cultiva como tema. Desaparece el arte moralizador, el arte tiene ahora solamente finalidad estética y no de enseñanza.
Lo irracional se cultiva como tema. Desaparece el arte moralizador, el arte tiene ahora solamente finalidad estética y no de enseñanza.
Desde el punto de vista filosófico,
el Romanticismo supone una nueva y total valoración de la conciencia
subjetiva, en la que el sentimiento alcanza una importancia especial:
visión trágica de la realidad como algo inaccesible, percepción
individual intensa de la naturaleza, violenta pasión por la libertad.
Importancia de la nación y de la historia:
la conciencia individual se prolonga en la conciencia colectiva del
nacionalismo (historicismo o populismo) y en el goticismo (gusto por lo
maravilloso).
Como ideología corresponde a la concepción idealizada que la burguesía se forma de sí misma.
LOS DOS POLOS DEL ROMANTICISMO
Dos
tendencias alberga el movimiento romántico: la tradicional y la
revolucionaria. La tradicional consiste en la restauración de los viejos
valores tradicionales: exaltación de lo nacional, de la Edad Media, de
lo caballeresco y de lo cristiano. La tendencia revolucionaria se alza
contra la jerarquía y la religiosidad tradicional, y exalta lo liberal y
el individualismo. Exalta el subjetivismo escéptico.
Desde el punto de vista político,
el Romanticismo se identifica con una réplica de la sociedad burguesa
frente a los excesos del absolutismo monárquico, pero al mismo tiempo
combate la anarquía de la revolución popular, pues, el romántico a la
vez que lucha por la libertad quiere una sociedad estable.
El Romanticismo tiene dos vertientes o dos líneas maestras:
El Romanticismo tiene dos vertientes o dos líneas maestras:
- el ala derecha tradicional que busca la identidad nacional en la unidad de la lengua y de la cultura de un país: Romanticismo reaccionario, historicista, católico, tradicionalista y conservador, apegado al alma popular (Volksgeist) entendida como tradición y cultura nacional , búsqueda de las fuentes históricas nacionales.
- el ala izquierda liberal, rebelde y contraria a la sociedad establecida que busca la emancipación ciudadana del poder absolutista del Antigua régimen y exalta el ideal de hombre que se rige por sus propias leyes como los bandoleros: Romanticismo liberal, revolucionario, exaltado e irreverente, de una rebeldía individualista y solidaria, carente a menudo de ideología (Byron, Espronceda, Shelley, Victor Hugo, etc.).
Al
final, el Romanticismo derivó hacia un eclecticismo retórico y vacío,
pero fomentó un amplio movimiento de renovación estética y de una nueva
sensibilidad.
Cronológicamente, el Romanticismo surge en Inglaterra a
la sombra de la novela gótica y de las narraciones sentimentales del
siglo XVIII, con peculiaridades que lo diferencian del Romanticismo
continental. Los primeros poetas románticos británicos son los llamados
“lakistas” (asentados en Lake District National Park, en Cumbria, una de
las pocas regiones montañosas de Ingletarra). Fue el romanticismo de
autores como Young, Macpherson y otros.
En Francia, Diderot, Rousseau y Saint-Pierre ya habían puesto las bases teóricas para el Romanticismo, pero fue en la joven Alemania donde el Romanticismo alcanzó su máxima expresión ya con el movimiento Sturm und Drang,
que entronizó la figura del genio y la idea de la poesía como creación
del genio, como pasión, destino y obra sujeta a los cambios anímicos de
su creador. Este movimiento aglutinó todas las sensibilidades y autores contrarios al racionalismo y clasicismo del XVIII.
Se pueden enmarcar en el Romanticismo alemán los hermanos Schlegel, Tieck, Novalis, Achim von Arnim, Brentano, Görres, Eichendorf, Chamizo, Lenau, Arndt, Uhland, Corner y Heinrich Heine (“el último romántico”). En Gran Bretaña: Coleridge, Walter Scott, Keats. En Francia: Lamartine, Musset. En Italia: Manzoni, Leopardi. En España: Zorrilla.
Se pueden enmarcar en el Romanticismo alemán los hermanos Schlegel, Tieck, Novalis, Achim von Arnim, Brentano, Görres, Eichendorf, Chamizo, Lenau, Arndt, Uhland, Corner y Heinrich Heine (“el último romántico”). En Gran Bretaña: Coleridge, Walter Scott, Keats. En Francia: Lamartine, Musset. En Italia: Manzoni, Leopardi. En España: Zorrilla.
Perfil
humano del autor romántico: joven, rebelde, inconformista, sediento de
justicia, sensible, deseoso de mostrarse tal como es, sin tener un
conocimiento claro de sí mismo, cambiante, con conciencia de víctima
social, inadaptado, orgulloso de no estar integrado dentro del orden
social. Ese mundo social que él desprecia: el de los filisteos, los
burgueses, los defensores del progreso material; el mundo de los hombres
insensibles.
El
descontento con el presente lleva a buscar el ideal en el pasado, en la
vuelta a edades de oro o la esperanza de que vuelvan (“la vuelta de los
dioses”, de Hölderlin), o en un futuro en el que la sociedad sería
libre (liberalismo).
Por
otra parte, dentro de una cierta unanimidad del movimiento romántico,
cada país produce su movimiento particular, su romanticismo nacional.
Hay en Francia y España un romanticismo católico y nacional y otro
liberal y materialista. Pero en todas partes se contrapone lo moderno a
lo neoclásico simbolizado en los modelos antiguos.
Hay
una reacción contra la literatura francesa del XVIII, a la que se
contrapone la literatura inglesa de Shakespeare o la española del
Barroco (Cervantes, Lope, Calderón).
Se
defiende la existencia un espíritu nacional que se manifiesta en las
creaciones de los grandes poetas en cada pueblo: interés por la
mitología, el folklore, las tradiciones medievales escandinava o celtas
(Ossián).
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