Ejemplo de la pregunta nº 4 con el texto de Selectividad:
En cuanto a la forma del relato en general, observamos que en el texto predomina el estilo verbal sobre el nominal, debido al dinamismo con el que transcurre la obra, y la exigua descripción que se le otorga al entorno, limitándose a los detalles más fundamentales; y es que la atención se dirige de una manera exclusiva e imperante hacia la acción, dejándonos con la poca admiración del pobre entorno que se describe.
En su mayoría, los verbos están conjugados al imperfecto, —lo cual contrasta con lo antes mencionado—, sin embargo, la descripción es propia de los eventos que se suscitan, proporcionándonos una mejor percepción de la acción. Es preciso señalar que la conjugación de estos verbos no nos ubica en un tiempo determinado, haciendo impredecible la época en la que sucede la historia, a pesar de las frecuentes intervenciones del perfecto que sí nos ubican dentro del relato, mas nunca en la época.
La presencia de oraciones compuestas y complejas, indican la manera en la que el autor pensaba, y en este caso, la complicada existencia que Gregorio presenta. Cierto es que Kafka vivía una vida simple, sin embargo, su psicología, así como la de nuestro personaje principal, se tornó complicada. Así pues, lo que se piensa que es una vida sin acción, monótona, y bajo la decisión de los demás, puede resultar en una alteración de nuestro pensamiento.
Por otra parte, en la búsqueda de un fragmento a analizar (que más adelante se discutirá), he encontrado dos figuras retóricas que llamaron especialmente mi atención.
En la página 12, encontramos una singular hipérbole: "Mil veces intentó en vano esta operación"; tal exageración es análoga al número patas que Gregorio posee en su nuevo estado, y que no puede controlar, así como su deseo de cambiar de posición. De esta manera, Gregorio está imposibilitado en su cuerpo, no posee poder ni regulación sobre él, como tampoco lo tiene con su vida.
Del mismo modo, en páginas como la 13, la 18 y la 50, advertimos el tropo de la interrogación retórica, del cual está pleno el relato.
En ocasiones, esta figura se encuentra de forma repetitiva, es decir, cuando una pregunta termina, se formula otra a continuación. Debido a esto, inferimos que el autor, así como Gregorio, tienen una fuerte lluvia de interrogantes, que no requieren de respuesta, sino que lo hacen para dar a conocer su confusión e incertidumbre ante las cosas, así como la complejidad de la que sus mentes son presa. Asimismo, observamos que cada pregunta formulada se refiere a nuestro tema de la autoridad, algunas veces no en concreto, pero sí en sus diferentes aspectos manteniendo su esencia.
En cuanto al plano léxico-semántico, encontramos en la línea 2 la aparición de una antítesis, formada por los adjetivos "plano" y "seco", que se contraponen a la previa constitución de Gregorio, la cual era descrita como redonda y algo babosa, al dejar éste una sustancia de esta textura. Los primeros adjetivos marcan de una manera rígida el cambio se ha suscita en el cuerpo de Gregorio; al morir éste, pierde lo más parecido que tenía al hombre: humedad y algo de forma en su cuerpo. Con esto toda su inferioridad se reduce a nada, sucumbiendo ante la fuerte autoridad de la que era víctima.
Identificamos ahora una hipérbole en las líneas19-20, en general sirven en nuestro texto para destacar los contraste entre el mundo oscuro de Gregor, el insecto y el resto: "inundado de claridad". Tras un período de nebulosidad, la luz al fin aparece, y aparece justamente a la muerte de Gregorio. La vasta claridad a la que se hace referencia, corresponde a la autoridad en su máxima expresión; el señor Samsa y su esposa, su hija, la asistenta y los tres huéspedes se hallaban dentro de la habitación a un determinado tiempo (aunque distinto).
Como ya hemos mencionado, las oraciones complejas y compuestas abundan en el texto, incluso en este fragmento de cuarenta líneas, salvo en algunas intervenciones del estilo directo, y en su defecto, en las oraciones simples.
Las oraciones simples en las líneas 11 y 14, sugieren un hecho que provee información importante: cómo es importante el factor del tiempo en la historia ("Se estaba justo a fines de marzo") —como ya hemos mencionado—, y la evidente desaparición de la autoridad de los tres huéspedes al leer la cita: "Los habían olvidado".
Como podemos observar en el anexo, existen grandes marcas relacionadas a nuestro tema. En la línea 3, el hecho de que sus "patitas" (en diminutivo) ya no lo sostengan, denota cuán débil era ya de por sí, sin siquiera un control sobre él mismo.
Los diminutivos sirven para exponer en el texto el cariño :El uso de la palabra "ratito" (en diminutivo) en la línea 5, es evocada por la madre, quien es la única persona que nunca trató de mala manera a su hijo; y aún en este punto de la historia, sigue representando esa ternura que inspira una madre, y la fragilidad de sus sentimientos hacia sus hijos, demostrando así que de verdad quería a Gregorio.
En las líneas 10-11, el tiempo sigue apuntando al límite de las dos épocas claramente distinguidas en la historia, tomando como punto de referencia la muerte de Gregorio. En las líneas 12-13, la acción de los tres huéspedes de buscar su desayuno con la vista, alude, una vez más, a la autoridad que hasta ese entonces poseen, y no obstante pierden, desconcertando al que de los tres se atribuye mayor importancia (líneas 15, 31), como observamos por su nueva actitud en las líneas 31, 32, 39 y 40.
La asistenta, al poner su dedo índice en la boca (línea 16) para silenciar a los huéspedes, y su acción de llamarlos con "señales enérgicas" (línea 17), revelan una de las pocas veces en las que la autoridad pasa a ella, pues en ese momento está a cargo de lo que suceda, a pesar de que los tres hombres tengan una supuesta superioridad ante la situación y lo pongan de manifiesto (líneas 20-22).
Sin embargo, esto se ve opacado al aparecer el señor Samsa con su esposa e hija a los lados, sugiriendo una nueva fuerza más grande, que se ve reflejada en las líneas 28 y 36, por el tono en el que se dirige a sus inquilinos, recobrando así la autoridad que había poseído desde siempre.
Finalmente, La metamorfosis, pertenece, sin duda, a las grandes obras del siglo XX, pues no sólo goza del entretenimiento para el lector, y su análisis, sino que representa lo que un hombre puede vivir, cuán solo, incomprendido y alienado puede llegar a sentirse hasta el punto más trágico. Algunos autores la ven como una crítica de la política de los sistemas de gobierno, las sociedades excesivamente burocratizadas y la impotencia del individuo frente a las macroestructuras de las sociedades industrializadas y capitalistas donde muchos lamentos se ahogan en el más puro anonimato sin que nadie lo perciba y sin que nadie cambie, la ciudad sigue su curso: Tempus fugit.
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