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1. Bocaccio y su época





1.1.- Biografía:
Giovanni Boccaccio       (Italia, 1313-1375) | |
  Poeta y humanista italiano, uno de los más grandes escritores de todos los tiempos. Boccaccio probablemente nació en París aunque sea un hecho muy discutido, hijo ilegítimo de un comerciante florentino que trabajaba para la familia  Conti, comerciantes y banqueros más importantes de la  Florencia  prerrenacentista, y una noble francesa.
 Criado en Florencia, fue enviado a estudiar derecho canónico y  comercio a Nápoles, hacia el 1323. Abandonó la contabilidad por el Derecho Canónico y éste por los estudios clásicos y científicos. Formó parte de la corte de Roberto de Anjou, rey de Nápoles. Se suponía que el rey tenía una hija ilegítima, Maria dei Conti d‘Aquino. Aunque no se han encontrado pruebas concluyentes de su existencia, se ha dicho que fue amante de Boccaccio y que inspiró gran parte de su obra. Puede incluso que sea la Fiammetta inmortalizada en sus escritos.

A su regreso a Florencia, hacia 1340, Boccaccio desempeñó varios cargos diplomáticos con el gobierno de la ciudad, y en 1350 conoció al gran poeta y humanista Petrarca, con el que mantuvo una estrecha amistad hasta la muerte de Petrarca en 1374. En 1362, un amigo invitó a Boccaccio para que fuera a Nápoles, prometiéndole el patronazgo de la reina Juana. Una fría recepción por parte de la corte de la reina le llevó a buscar la hospitalidad de Petrarca, que entonces estaba en Venecia (1363). Sin embargo, rechazó la oferta que le hizo Petrarca de una casa y regresó a su propiedad de Certaldo (cerca de Florencia). Los años finales de Boccaccio, en los que se dedicó a la meditación religiosa, tuvieron la alegría de su nombramiento en 1373 como lector oficial de Dante. Su serie de lecturas quedó interrumpida por una enfermedad en 1374, y murió el año siguiente.

La obra más importante de Boccaccio es El Decamerón, que empezó en 1348 y terminó en 1353.


1.2. Contexto histórico-literario:
Boccaccio vivió durante la Edad Media. Con la caída de Roma no se produce el aislamiento completo de la cultura europea, el mundo medieval dispone de cuatro figuras que garantizan el intercambio cultural.
-La primera de ellas es el juglar, persona que se ganaba la vida yendo de lugar en lugar portando noticias y procurando el entretenimiento de las gentes mediante el recitado de poemas con acompañamiento musical y pequeñas representaciones. No era un autor literario, sino el transmisor de obras cuyos autores son desconocidos aunque intervenían en ellos con libertad adaptándolos a los gustos del auditorio. La cultura que transmitían era fundamentalmente de carácter popular y los géneros difundidos eran dos: la epopeya o cantar de gesta, que hablaba de héroes y sus hazañas, y la lírica, que trataba cuestiones relacionadas con el amor, la fiesta o el trabajo.
-Por otro lado estaba el clérigo, difusor y creador de obras cultas dirigidas a personas capaces de comprenderlas y pertenecientes a la nobleza y el clero. Fueron los responsables de la pervivencia de la cultura greco-latina gracias a sus esfuerzos  por la copia de obras clásicas. Cultivaron todo tipo de géneros, pero sobretodo destacaron en la didáctica y la narración en prosa y verso.
-Como tercera figura encontramos al trovador, el cual puede considerarse como sinónimo de poeta pues su dedicación preferente fue la composición de textos líricos, especialmente de temática amorosa. A diferencia de los juglares, los trovadores no recitaban sus textos sino que se los entregaban a estos para que se encargasen de su difusión.
-Por último encontramos a los peregrinos, ya que durante la Edad Media las rutas de peregrinación permitieron el intercambio cultural. Los peregrinos viajaban durante años y en el transcurso del tiempo se empapaban de modas literarias y asuntos de los lugares con lo que a su regreso iban cargados de nuevas ideas. Los géneros principales intercambiados fueron el cantar de gesta, la lírica amorosa y el cuento folclórico.
La Edad Media fue una  época dominada por las guerras y enfrentamientos bélicos. Esto determina que el caballero guerrero se convierta en el centro de atención. Los autores los presentan como la representación del valor, el honor y la lealtad. Además el caballero fue protagonista indiscutible de dos modalidades literarias, la epopeya y la narración caballeresca.
La epopeya medieval sigue la misma línea que la clásica y ha llegado hasta nosotros gracias a su puesta por escrito en fechas muy posteriores a las de composición. Dentro de ella identificamos dos tendencias:
-La épica germánica: que relata asuntos legendarios en la mayoría de los casos y no suele incluir contenidos cristianos. Entre sus principales innovaciones  destacan el hecho de que el verdadero tema es la venganza, el protagonismo se alterna entre los personajes masculinos y el autor demuestra su interés por captar la psicología femenina.
-La épica romana: donde las acciones están protagonizadas por personajes históricos. Dentro de ella se distinguen diferentes variantes dependiendo de la lengua de su composición aunque todas poseen unos rasgos comunes; los relatos parten de hechos históricos, incorporan la defensa de la cristiandad, suelen narrar la biografía de un héroe…etc. La obra más importante es un cantar de gesta francés, El Cantar de Roldán aunque el texto que conocemos es la refundición de Turoldus.
En cuanto a la narración caballeresca fue un nuevo género literario iniciado por algunos autores cultos que escribían principalmente en francés. Está emparentada con los cantares de gesta ya que tienen al caballero como protagonista y el ejercicio de las armas como actividad primordial. Los rasgos que más claramente los diferencian son por ejemplo, que la narración caballeresca es obra de autores cultos, al asunto bélico se le amplia el tema amoroso y las aventuras inverosímiles así como el hecho de que el caballero ya no representa ninguna nación o estado.
La narración caballeresca evoluciona a lo largo de tres etapas; primera mitad del siglo XII, mediados del siglo XII y desde el siglo XIV hasta el XVI. Durante la segunda etapa, la producción literaria se centra en la materia de Bretaña también denominada ciclo artúrico. Se designa así a un conjunto de obras que abordan la historia del rey Arturo y de su corte caballeresca. Se trata de un grupo de obras muy diferentes entre sí, que van desde los tratados históricos hasta el relato de pura ficción.

Un hecho relevante sobre la Edad Media es el tópico de considerarla como época en la que impera el bajo nivel intelectual. Sin embargo la labor de los intelectuales es determinante, ya que a ellos se debe la conservación del saber clásico tanto las de origen popular como las de origen culto. Los intelectuales de la Edad Media fueron creadores de un amplio conjunto de obras definidas por el sustrato cultural dirigidas a un público capaz de comprender las referencias eruditas que incorporan.
Los temas más habituales son:
-La comunicación del saber, a veces, manifestando el orgullo del autor que se siente superior al resto precisamente por sus conocimientos. Dentro de este bloque abordaran temas con intención didáctica: la religión y la moral.
-El canto a los placeres mundanos.
-La crítica de ciertas costumbres sociales y el ataque concreto a personalidades.
La literatura erudita atraviesa tres etapas:
-El primer periodo se extiende hasta finales del siglo XII. En él encontramos como rasgo definitorio el hecho de que las obras estén escritas en latín. Desde el punto de vista temático, predomina el didactismo religioso y moral, aunque algunos se decantaron por asuntos más mundanos.
-Entre los siglos XIII y XIV los autores cultos comienzan a abandonar el latín y ganan peso las lenguas vernáculas europeas. En cuanto a temas también cobra importancia la preocupación por la historia y, sobre todo, la crítica social.
-En los primeros años del siglo XIV aparece en Italia el Humanismo de la mano de Dante, Petrarca y Boccaccio. Esta tendencia es la propia de un nuevo tipo de intelectual que desea acercarse a la cultura clásica y recuperan el latín como lengua de expresión escrita. Lo más destacado del contenido de sus obras es la valoración de lo humano frente a la importancia que lo divino tenía en la literatura intelectual anterior.
Existían dos escuelas literarias que reflejaban los rasgos de las dos primeras etapas; la poesía de los goliardos y la narración erudita.
Con el término goliardo se denomina a los clérigos y estudiantes universitarios de sólida formación intelectual los cuales, compusieron poemas líricos en los que abandonaban la erudición para centrarse en el canto a los placeres. Abordan dos temas principales:
-El más habitual es la referencia autobiográfica del goliardo a su vida amorosa vinculada a los ambientes tabernarios.
-La crítica y el ataque a las instituciones religiosas es otro asunto recurrente en esta modalidad.
La otra gran aportación literaria de los intelectuales medievales es de signo bien distinto, ya que se trata de textos de carácter serio y erudito que narran acontecimientos históricos o sucesos inventados.
Entre los autores que se ocupan de asuntos históricos destaca sobre todo Jean de Froissart. Lo más relevante de este autor es la mezcla del dato histórico documentado con sus propias apreciaciones sobre lo que ha vivido.
En el terreno de la narración de pura ficción es inevitable referirse a la clerecía castellana, la cual se desarrolla entre los siglos XII y XIV y que giran entrono a dos temas principales; las historias religiosas (Gonzalo de Berceo)  y los asuntos profanos (Juan Ruiz con Libro de Buen Amor)
En cuanto a los orígenes del Humanismo, junto a Boccacio destacaron Dante, el cual fue su fuente de inspiración y Petrarca, con el que guardaba una fuerte amistad.
Dante representa a la perfección al intelectual humanista del final de la Edad Media que prepara el camino para lo que será el Renacimiento. Fue capaz de escribir tanto en lengua latina como en italiano y demostró un profundo conocimiento de la cultura profana y la cristiana. Compuso obras de géneros y asuntos diversos. Con respecto a ello debemos separar sus obras en dos grupos, el primero escritas en latín, donde trata los temas políticos y filosóficos, y el segundo escritas en lengua toscana. A este último pertenecen sus dos obras de mayor importancia, Vita nuova (que narra  su historia amorosa con Beatrice) y la Divina Comedia, la cual escribió en los últimos años de su vida y se relata el viaje alegórico realizado por el autor por los mundos de ultratumba.
Petrarca, al igual que Dante, representa al perfecto humanista que hace posible el salto de las formas medievales a las renacentistas. En su vida y obra comprobamos el intento de unir la tradición clásica y la cristiana, las cuales el autor consideraba culturas complementarias. Como buen amante de los clásicos compone su obra en latín y lengua toscana. En latín redacta un gran número de textos filosóficos y en lengua italiana compone exclusivamente dos obras, El Cancionero y los Triunfos.
Por otro lado debemos centrarnos en la poesía lírica medieval, la cual se ocupa de distintos temas, pero dominan el amoroso y el de la muerte.
-El asunto amoroso es el dominante en los textos líricos populares más antiguos. Estas composiciones reciben el nombre de jarchas y han llegado hasta nosotros gracias a poetas árabes y hebreos. Sin embargo el tema amoroso gana peso cuando es tratado por los autores cultos, los cuales nos ofrecen dos acercamientos; por un lado una visión erótica y por otra parte una visión más espiritual.
Aunque estas dos perspectivas aparecen en la literatura árabe también la encontramos en las occidentales.  Como ejemplo de la lírica medieval una de las obras más importantes fue El Cancionero de Petrarca en el cual parece que el autor quiere dejar claras sus intenciones, como es el caso del llamamiento moral. En esta obra se muestran unos temas particulares como el dolor del poeta, la idealización de la relación amorosa y la lectura moral de la propia vejez.
Además del tema amoroso, en la lírica destaca el tema de la muerte. En el final de la Edad Media este tema cobra gran importancia. La razón de que la muerte aparezca como idea central en la literatura se debe a los acontecimientos históricos de la época como es el caso de la Guerra de los Cien Años o las epidemias de peste. Los autores convirtieron a la misma muerte en núcleo literario caracterizado por rasgos como el poder igualador, al llegar a todos sin distinguir entre clases sociales o el carácter amenazador, ya que es considerada la gran enemiga de la humanidad.








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