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Contexto literario 2º


LA GENERACIÓN PERDIDA- LA NOVELA EXISTENCIALISTA-NEORREALISMO ITALIANO- CORRIENTES POSTERIORES A LA II GUERRA MUNDIAL

LA GENERACIÓN PERDIDA AMERICANA

   Tras las dos primeras décadas del siglo en EEUU se impone el american way of life, basado en el consumo individual incitado por la publicidad. Norteamérica se exhibía como el escaparate de las libertades, el éxito y el bienestar, mientras en sus ciudades el esplendor capitalista se enfrentaba a enormes bolsas de pobreza y delincuencia. Para los escritores y artistas americanos resultaba más atractivo, sin duda, el París recién salido de la Guerra Mundial, en el que existían dos centros de reunión incontestables: la casa de Gertrude Stein  y la librería Shakespeare & Co. Allí podía verse a Picasso, André Gide o Paul Valéry junto con Ezra Pound, Hemingway, Scott Fitzgerald, Dos Passos… Stein los bautizó con el nombre de la “generación perdida”.

  Hemingway, Scott Fitzgerald, Dos Passos, William Faulkner y John Steinbeck son los promotores de una nueva estética narrativa dentro de la literatura americana. La crisis moral de su país de origen les llevó a romper con el Realismo y a incorporar las innovaciones estéticas del arte europeo (en sus novelas, el narrador se convierte en un mero testigo que finge saber tan poco de los personajes como el propio lector, igual que en el neorrealismo italiano o en el Nouveau roman francés); aún más, su conciencia de la inutilidad de la guerra y de la gran falacia del mundo moderno les empujó a la acción política directa  y a la  aventura existencial.

1. ERNEST HEMINGWAY

                                                    

   Fue el primero en publicar en Europa algunos relatos breves en los que ya se vislumbraba su forma de escritura, basada en la economía expresiva y de sentimiento. Combinó sus reportajes periodísticos con la literatura, emulando la tradición americana del muckraker, en la que a través de novelas reportaje se denuncia un sistema social despiadado con el individuo. Desde Francia, viajó intermitentemente a España atraído por las esperanzas republicanas y por nuestra cultura. Fiesta se desarrolla en la Pamplona de los San Fermines, y en ella encontramos el extravío vital característico de sus personajes, que debe ser combatido a base de sufrimiento y aventura. Sus densas descripciones, el distanciamiento de los personajes por medio del diálogo, los periodos sintácticos breves y el autobiografismo reaparecen en Adiós a las armas, Muerte en la tarde, Por quién doblan las campanas o El viejo y el mar.

El pez tira con fuerza de la embarcación y la remolca varios kilómetros mar adentro. Santiago no tiene fuerza para sacarlo, pero lucha por no perder el pez: tiene la determinación de capturarlo a toda costa, pese a que con ello pone su vida en peligro, porque lleva muchos días sin conseguir nada; es su última oportunidad. Tras muchas horas, el viejo desfallece de sed y cansancio, sin embargo admira la determinación del pez:

Sintió nuevamente un vahído, pero siguió aplicando toda la presión de que era capaz al gran pez. «Lo he movido –pensó–. Quizá esta vez pueda virarlo. Tirad, manos –pensó–. Aguantad firmes, piernas. No me falles, cabeza. No me falles. Nunca te has dejado llevar. Esta vez voy a virarlo.»
Pero cuando puso en ello todo su esfuerzo empezando a bastante distancia antes de que el pez se pusiera a lo largo del bote y tirando con todas sus fuerzas, el pez se viró en parte y luego se enderezó y se alejó nadando.
–Pez –dijo el viejo–. Pez, vas a tener que morir de todos modos. ¿Tienes que matarme también a mí?
«De ese modo no se consigue nada», pensó. Su boca estaba demasiado seca para hablar, pero ahora no podía alcanzar el agua. «Esta vez tengo que arrimarlo –pensó–. No estoy para eso y mucho más.»
En la siguiente vuelta estuvo a punto de vencerlo. Pero de nuevo el pez se enderezó y salió nadando lentamente.
«Me estás matando, pez –pensó el viejo–. Pero tienes derecho. Hermano, jamás en mi vida he visto cosa más grande, ni más hermosa, ni más tranquila ni más noble que tú. Vamos, ven a matarme. No me importa quién mate a quién.»
«Ahora se está confundiendo la mente –pensó–. Tienes que mantener tu cabeza despejada. Mantén tu cabeza despejada y aprende a sufrir como un hombre. O como un pez», pensó.


2. SCOTT FRITZGERALD

  Su talento literario le otorgó un rápido éxito entre críticos y lectores, éxito que le llevó a una vida de lujo, opulencia y alcohol que acabaría con su vida mientras buscaba trabajo como guionista en Hollywood. En sus cinco novelas (El gran Gatsby) y sus numerosos relatos mitificó los años 20 del jazz, el dinero, el placer y el arte.



3. JOHN DOS PASSOS

                                                    
   Es el escritor más atrevido en lo que se refiere a las innovaciones técnicas: en Manhattan Transfer la ciudad es el verdadero protagonista. Camilo José Cela emulará en La colmena muchos rasgos formales de la novela de Dos Passos: la fragmentación, el encadenamiento de acciones a través de trucos de montaje cinematográfico, la descripción desde diversos planos, la simultaneidad de acciones que leemos en progresión… En la trilogía USA, vuelve a utilizar esas técnicas y a convertir la caótica Nueva York en protagonista de sus novelas.


4. JOHN STEINBECK



  Unos años más joven que sus compañeros de generación, su reconocimiento no llegó hasta los años 30, y, por entonces, el arte se había vuelto más propicio al compromiso, se había alejado de la pureza y la experimentación, de manera que sus inquietudes sociales encontraron salida en relatos sobre emigrantes, granjeros y huelguistas. Con Las uvas de la ira (1939) se consagró como estandarte de la novela social americana. Si bien huye de las veleidades formalistas, Steinbeck era un profundo conocedor del arte de escribir guiones cinematográficos; por otra parte, domina tanto la amable situación cómica como el drama. Entre sus obras, destacaremos La perla, De ratones y hombres, Al este del Edén.    


5. WILLIAM FAULKNER



  El más influyente de todos los novelistas americanos fue el que menos tiempo estuvo en París, el que no se relacionó con el mundo de las letras, encerrado en su casa sureña durante años: William Faulkner. Creó el imaginario condado de Yoknapatawpha y lo pobló de personajes y referencias que entran y salen de sus novelas para completar una mitología particular, un mundo simbólico que, como ha reconocido García Márquez, ejerce un magisterio ineludible en los “lugares míticos” creados por novelistas posteriores (Macondo de García Márquez, Comala de Juan Rulfo, Región de Juan Benet).
  Faulkner ejerce como puente entre Joyce y los novelistas de la segunda mitad de siglo. Destaca por su estilo lento y cuidado, donde se suceden las cláusulas subordinadas y la linealidad cronológica se rompe para enlazar el presente y el pasado. En sus principales novelas despliega un catálogo de indagaciones sobre voces narrativas y puntos de vista:

-          El ruido y la furia: en esta novela aparecen cuatro narradores.
-          Mientras agonizo: monólogo interior de más de diez personajes.
-          Absalón, Absalón: el lector debe reconstruir la historia.    


La familia Compson, venida a menos, está compuesta por los padres y cuatro hijos: Caddy, Quentin, Jason y Benjy. Vive con ellos una familia de negros. Benjy es un deficiente mental al que su hermano Jason ha castrado. El primer capítulo es un largo monólogo de este personaje, y muestra sus pensamientos, sus recuerdos, sus miedos y sus obsesiones:

Llorón, dijo Luster. No le da vergüenza. Atravesamos el establo. Los pesebres estaban abiertos. Ya no tiene un caballo pinto para montar, dijo Luster. El suelo estaba seco y polvoriento. El tejado se estaba cayendo. Los orificios inclinados estaban todos llenos de remolinos amarillos. Por qué quiere ir por allí. Quiere que le partan la cabeza con una pelota de esas. «No saques las manos de los bolsillos». dijo Caddy, «O se te congelarán. No querrás tener las manos congeladas en navidad, verdad». Dimos la vuelta al establo. La vaca grande y la pequeña estaban en la puerta y oíamos a Prince, Queenie y Fancy pateando dentro del establo. «Si no hiciera tanto frío montaríamos a Fancy». dijo Caddy, «Pero hoy hace demasiado frío para cabalgar». Luego vimos el arrollo, donde volaba el humo. «Allí están matando el cerdo». dijo Caddy. «Podemos ir a verlo». Bajamos por la colina «Quieres llevar la carta». dijo Caddy. «Pues hazlo». Se sacó la carta del bolsillo y la metió en el mío. «Es un regalo de Navidad». dijo Caddy. «El tío Maury va a dar una sorpresa a la señora Patterson. Tenemos que dársela sin que nadie lo vea. Mete bien las manos en los bolsillos». Llegamos al arroyo. «Está helado». dijo Caddy. «Mira». Rompió la parte de arriba del agua y me puso un trozo sobre la cara. «Hielo. Fíjate lo frío que está». Me ayudó a cruzar y subimos por la colina. «Ni siquiera podemos decírselo a Padre y Madre. Sabes qué creo que es. Creo que es una sorpresa para Padre, para Madre y para el señor Patterson, porque el señor Patterson te mandó caramelos. Te acuerdas de que el señor Patterson te mandó caramelos el verano pasado». Había una cerca. La hierba estaba seca y el viento la hacía crujir.

 LA NOVELA EXISTENCIALISTA


  Las producciones literarias ligadas al pensamiento existencialista suelen situarse después de la Segunda Guerra Mundial , pero, aunque su formulación filosófica sea tardía, el existencialismo se origina en el siglo XIX, al entrar en crisis el idealismo hegeliano. Filósofos como Kierkegaard (1813-1855) plantean una percepción pesimista de la existencia: Kierkegaard instaura una línea de pensamiento que se fundamenta en el estudio del hombre como ser individual y concreto, que adquiere conciencia de sí mismo y, por tanto, de su existencia en el momento en que ha de actuar y tomar decisiones, pues su existencia no viene predeterminada. El hombre siempre puede elegir entre diversas posibilidades de comportamiento: la libertad es una condición humana permanente que las situaciones límite ponen de manifiesto.
  Martin Heiddeger (1889-1976) sostiene que el hombre procede de la nada, y la muerte, su destino final, remite a ella. No hay valores eternos donde acogerse: el ser humano ha de realizarse a sí mismo. El ser humano adquiere así una libertad que, en lugar de provocar una sensación de bienestar, crea angustia y desesperación.
  El existencialismo no es solo una filosofía, sino una expresión de la crisis espiritual del siglo XX.

1. JEAN-PAUL SARTRE


  Es el prototipo del escritor que intenta dar sentido a la vida mediante la acción. Según Sartre, es al hombre al que le corresponde buscar un objetivo vital contando únicamente con sus recursos, lo que excluye a Dios. El hombre debe ejercer en libertad una acción que le comprometa consigo mismo y con los demás, sin reparar en prejuicios morales o religiosos. Entre sus obras, destacan La náusea (1938), Los caminos de la libertad y Las palabras.

2. ALBERT CAMUS



  A pesar de su militancia anarquista y sus intervenciones humanitarias y políticas, fue acusado desde el círculo de Sartre de mantener una rebeldía puramente estética y de retirarse de la lucha social, lo que molestó al escritor. Para muchos es Albert Camus el que más talento literario muestra, destacando por un estilo elegantemente sobrio.
 Su obra maestra, El extranjero (1942), es un relato en primera persona y en estilo indirecto, con periodos sintácticos muy cortos que le confieren un dinamismo asombroso, pero también una aparente frialdad consecuente con el carácter del protagonista: un hombre frío, condenado por asesinato, que deja al descubierto la hipocresía de una sociedad que solo juzga las apariencias.   

El protagonista es condenado a morir guillotinado. La sentencia es asumida con naturalidad: Meursault manifiesta una total indiferencia por su propio destino. Ni siquiera trata de decir algo en el juicio en su defensa. Sin miedo ni esperanza, ni siquiera se aferra a la posibilidad de ser indultado. Se niega a recibir al capellán, con el que al final incluso discute, y acepta su muerte:


Durante toda la jornada había mi petición de indulto. Creo haber aprovechado al máximo esa idea. Calculaba sus consecuencias y obtenía de mis reflexiones un óptimo rendimiento. Partía siempre de la suposición más negativa: mi petición era rechazada. «Pues bien, habré de morir.» Antes que otros, era evidente. Pero todo el mundo sabe que la vida no vale la pena de ser vivida. No ignoraba, en el fondo, que morir a los treinta o a los setenta años no tiene gran importancia porque, naturalmente, en ambos casos, otros hombres y otras mujeres vivirán, y así durante miles de millones de años. Nada resultaba más evidente, en realidad. Era siempre yo el que moría, ahora o dentro de veinte años. En ese momento, lo que me molestaba un poco en mi razonamiento era el brinco terrible que sentía en mí al pensar en veinte años de vida por venir. Pero no tenía más que ahogar esos pensamientos imaginando lo que estos serían cuando, de todos modos, la hora hubiese de llegar. Desde el momento en que se muere, el cómo y el cuándo no importan, es evidente. Así (y lo difícil era no perder de vista todos los razonamientos que ese «así» representaba), así, debía yo aceptar que mi petición fuese recusada

LA NOVELA NEORREALISTA ITALIANA

  Como reacción a las vanguardias, en la década de los 30 se reclama un arte más humano, comprometido y social. El “nuevo romanticismo” en España, el “realismo socialista” de la URSS o la “nueva objetividad” de Alemania representan una vuelta a la narrativa realista. En Italia, Arnaldo Bocelli comienza a hablar de neorrealismo al analizar la obra de pintores, artistas y cineastas convencidos de la necesidad de reflejar una Italia recién salida de la propaganda fascista.
 En el cine destacan directores como Rossellini, de Sica, Visconti, Fellini, Antonioni, etc. Dentro de la literatura, cabe mencionar a Alberto Moravia (Los indiferentes, Mascarada), Elio Vittorini (Conversaciones en Sicilia), Cesare Pavese e Italo Calvino.





 CORRIENTES NARRATIVAS POTERIORES A LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


   Progresivamente, la novela vuelve a basarse en la trama, más que en la experimentación formal, debido, en parte, a un ascenso inédito de la industria editorial. El mercado, que demanda y oferta historias, se globaliza: las novelas se  traducen inmediatamente, la industria del cine aprovecha las novelas de manera cada vez más automática y comercial, la cultura es accesible a más personas, etc. Los escritores se multiplican y la novela es, además de un producto artístico y cultural, un bien de consumo, lo que hace muy difícil su clasificación.   


NOUVEAU ROMAN
Desaparece el narrador, los personajes y la intriga: todo debe reducirse a la descripción de lo observado y a la presentación sistemática y sin afectividad de los actos y objetos que conforman la realidad.
Alain Gobbe-Grillet, Michel Dutor, Margarite Duras, Cluade Simon.
NOVELA DE MISTERIO
Dashiell Hammet, Raymond Chandler, Boris Vian, Agatha Christie, Patricia Highsmith, Le Carré, Graham Greene.
NARRATIVA BEAT
En los años 50, renace el sueño americano, una ola de conservadurismo anticomunista asola Hollywood con su célebre “caza de brujas” y surge un grupo de jóvenes que alzan la voz contra esta situación: Jack Kerouac (On the road) y William Burroughs (Nova Express, El almuerzo desnudo, Ciudades de la noche roja, El lugar de los caminos muertos, Tierras de Occidente).
EL NUEVO PERIODISMO
Truman Capote: Desayuno con diamantes, A sangre fría. Tom Wolfe, Norman Mailer, Hunter S. Thompson.
LA NOVELA HISTÓRICA
Robert Graves: Yo, Claudio. Margarite Yourcenar: Memorias de Adriano. Umberto Eco: El nombre de la rosa. Naguib Mahfouz, Noah Gordon, Pérez-Reverte.
NARRATIVA FANTÁSTICA
William Golding (El señor de las moscas), Anthony Burguess (La naranja mecánica), Philip K. Dick (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?). Isaac Asimov (Robot), Arthur C. Clarke (2001: Odisea en el espacio).
NARRATIVA HISPANOAMERICANA
García Márquez, Ernesto Sábato, Onetti, Vargas Losa, Miguel Ángel Asturias, Roa Bastos, Lezama Lima, Julio Cortázar, etc.
NARRATIVA CRÍTICA CONTEMPORÁNEA
John Irving, Paul Auster, Philip Roth, Günter Grass, Saramago, Tabucchi, Kundera, Doris Lessing, Coetzee, etc.

































                                                                                 

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