Ir al contenido principal

El verso blanco en Shakespeare

Un verso libre en el pentámetro yámbico es un patrón de poesía que se originó y aumentó su popularidad en Italia.
El verso libre es poesía que no contiene un esquema de rima. "Yámbico" se refiere al patrón rítmico de sílabas "sin acento-acentuado". El siguiente patrón denota una unidad de patrón yámbico, llamado "yambo" o "pie": U-. "U" representa la primera sílaba, que no tiene un acento, mientras que "-" se refiere a una sílaba con acento, como la palabra "pared", donde la persona normalmente deja pasar "pa" y enfatiza "red". Cinco "pies" o yambos se llaman "pentámetro": U-/U-/U-/U-/U-/. Diferentes escritores pueden encontrar diferentes métodos más útiles para crear poesía en un pentámetro yámbico.


El primer verso blanco que se conoce en lengua inglesa fue escrito por Henry Howard, Conde de Arundel y Surrey, en su interpretación de la Eneida (ca. 1554). Puede que Howard estuviese inspirado por el texto latino original al crear este verso, ya que el verso latino clásico (así como el verso griego) no utilizaba rima; o puede haber sido inspirado por la forma italiana del verso sciolto, que tampoco contenía rima.

Christopher Marlowe fue quien popularizó el verso blanco, además de establecerlo como el verso preponderante en el drama inglés en la época de Isabel I y Jacobo I de Inglaterra (drama isabelino), siendo William Shakespeare quien lo elevaría a sus más altas cotas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Estilo directo, indirecto e indirecto libre en la novela realista. (Para práctica de examen)

1.     El estilo directo es la forma que usa el narrador para reproducir textualmente las palabras de los personajes. Se usan marcas gráficas como el guion de diálogo, comillas o dos puntos para introducirlas. Bajó la cabeza y se tomó la frente con la mano derecha. —Eso es lo que está buscando este mocoso —dijo, como para sí, pero en voz alta—. Que me dé un ataque al corazón y me muera. . . Ricardo había vuelto lenta y silenciosamente a asomarse a la puerta de la cocina. Había recogido, incluso, su camisa del suelo. —Ahí vas a estar contento, ahí vas a estar contento —prosiguió Clara, advirtiendo su reaparición—. Ahí sí. Ahí ya no vas a tener a la pobre vieja imbécil controlándote, ahí vas a estar feliz. Eso es lo que querés. Eso. “La pura verdad”, de Roberto Fontanarrosa El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: "Te apuesto un peso a que no la haces". “Algo muy grave va a ...