Ir al contenido principal

EL DECAMERÓN: es un libro constituido por cien cuentos, algunos de ellos novelas cortas, terminado por Boccaccio en 1351, y  publicado por primera vez en 1352-53 ,en donde se desarrollan tres temas principales: el amor, la inteligencia humana, y la fortuna. Las primeras copias se leían, se intercambiaban e incluso robaban. Éstas estaban en manos de mercantes y fueron de pasatiempo para los lectores más comunes e ingenuos de la época.
Para engarzar las cien historias, Boccaccio estableció un marco de referencia narrativo. La obra comienza con una descripción de la epidemia de peste que golpeó a Florencia en 1348, lo que da motivo a que un grupo de diez jóvenes, siete mujeres y tres hombres que huyen de la plaga, se refugien en una villa en las afueras de esta ciudad.
Con el fin de entretenerse, cada miembro del grupo cuenta una historia por cada una de las diez noches que pasan en la villa, lo que da nombre en griego al libro: δέκα déka 'diez' y ἡμέραι hēmérai 'días'. Además, cada uno de los diez personajes se nombra principe del grupo cada uno de los diez días alternadamente. Cada día, a excepción del primero y noveno en que los cuentos son de tema libre, uno de los jóvenes es nombrado «rey» y decide el tema sobre el que versarán los cuentos.

Si el Cancionero de Petrarca  se convierte en modelo de perfección poética, el Decamerone va a ser el modelo de la prosa moderna al mismo nivel, por fin, que la latina.
El tipo de narración de El Decamerón es herencia de las novelas bretonas, que se colocaban en tiempos remotos y contaban fingiéndose historiadores, así como de los fabliau franceses, donde el narrador cuenta hechos que acaecen en su ambiente y en su época por lo que tenían una crítica más actual y arriesgada. Así, El Decamerón señala el éxito de esta última (los fabliau), y aunque algunas se sitúan en el pretérito o en países lejanos, la mayoría son inmediatos y geográficamente cercanos (Florencia y similares).
Igual que Dante llevó a sus enemigos políticos, sus amigos literarios, etc al infierno, purgatorio y paraíso, Boccaccio hará de sus contemporáneos florentinos el objetivo de la comedia humana. La diferencia entre estas dos obras es que estos personajes que se entregan al vicio o caen en sus propias trampas en la Divina Comedia serían las anónimas almas en pena y nada más.
También podemos observar algo de influencia de la Estructura de la Divina Comedia en los diez círculos del Infierno: La seducción, la hipocresía, la adulación, el fraude, el engaño,… que en el Decamerón lo exponen personajes menos grandiosos.
La terrible peste negra de 1348 diezmó la población europea, causó estragos apocalípticos y sacudió el espíritu. Millares de esqueletos de  los apestados insepultos  inspiraron las canciones de la muerte, la propia Laura de Petrarca moría de peste y a los ojos realistas de Boccaccio todo era caricaturizable.
La obra se centra en las afueras de Florencia durante la peste de 1348 (aunque seguramente se escribió entre 1350 y 55). Siete jovencitas y tres jóvenes pertenecientes a la alta burguesía se encierran en una casa de campo y se imponen el juego de reltar cada uno de ellos un cuento a lo largo de cada día, exceptuando los de respeto religioso. Así, como su propio nombre indica, deca= diez, hemera= día, se narran cien cuentos. Cada jornada va presidida por el rey o reina elegido de cada día. Por lo que las “jornadas” son designadas a veces con el nombre propio de quien las preside. Las introducciones iniciales suelen contar una leve trama donde se describen las distracciones de los diez jóvenes durante su retiro. Esta técnica de cohesión que une diferentes elementos viene heredada de las grandes narraciones orientales, como las Mil y una noche o los cuentos de Calila e Dimna.
En el Prólogo Boccaccio describe en páginas impresionantes la peste en Florencia y narra cómo se encuentran los diez jóvenes.
La reina de la primera jornada es Pampinea, joven hermosa y sensata, feliz en amores. En este primer día hay libertad en el tema de los cuentos. Filomena es la reina de la segunda jornada,  en la que se narran historias de personajes que, a pesar de un destino adverso, consiguen realizar sus deseos en largos viajes o aventuras. Neifile, ingenuamente lasciva, es la reina de la tercera jornada, en la que se desarrollan cuentos sobre personas que logran una cosa muy deseada o perdida. Las historias son escabrosas en las que el ingenio, el engaño y la mentira se ponen al servicio de la lujuria, como el jardinero Masseto, que fingiéndose mudo hace perder la castida a todas las monjas del convento.
En la cuarta jornada, el rey es Filóstrato (‘postrado de amor’),  amante desesperado, y se inicia con una autodefensa de Boccaccio porque las anteriores novelas han sido tachadas de indecentes y de que el autor se preocupa de complacer a las mujeres y su vanidad con este tipo de lecturas. La jornada trata los amores desdichados como la hija de Tancredo de quien se narra la leyenda del corazón comido.
Fiametta, la perfecta enamorada, es la reina de la jornada quinta y trata casos de amor acabados felizmente.
La sexta jornada es la de la reina Elisa, la que ama sin ser correspondida, y trata de las frases ingeniosas que han salvado de peligros.
La septima jornada es la de Idóneo, y trata las burlas  de las mujeres a sus maridos.
Laureta es la reina de la jornada octava sobre las burlas de la mujer al hombre basados en astucias donde la inteligencia humana triunfa sobre la candidez.
Emilia es la reina de la jornada novena, como en la primera la elección es libre, y trata desde la obscenidad a el divertido cuento de Calandrino que cree estar de parto.
La última jornada es la del rey Pánfilo que propone temas serios y graves, históricos, de cruzadas…, de aquí procede el único cuento que le gustó  su amigo Petrarca y que este tradujo, el de Griselda.
Así estos diez jóvenes castos y puros entretienen su melancolía en momentos de miseria y desesperación.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Estilo directo, indirecto e indirecto libre en la novela realista. (Para práctica de examen)

1.     El estilo directo es la forma que usa el narrador para reproducir textualmente las palabras de los personajes. Se usan marcas gráficas como el guion de diálogo, comillas o dos puntos para introducirlas. Bajó la cabeza y se tomó la frente con la mano derecha. —Eso es lo que está buscando este mocoso —dijo, como para sí, pero en voz alta—. Que me dé un ataque al corazón y me muera. . . Ricardo había vuelto lenta y silenciosamente a asomarse a la puerta de la cocina. Había recogido, incluso, su camisa del suelo. —Ahí vas a estar contento, ahí vas a estar contento —prosiguió Clara, advirtiendo su reaparición—. Ahí sí. Ahí ya no vas a tener a la pobre vieja imbécil controlándote, ahí vas a estar feliz. Eso es lo que querés. Eso. “La pura verdad”, de Roberto Fontanarrosa El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: "Te apuesto un peso a que no la haces". “Algo muy grave va a suce

EXAMEN DE LA PRÁCTICA DE SELECTIVIDAD: 3, 4 Y 5

NARRACIÓN OCTAVA Uno siente celos de la mujer, y ella, atándose una cuerda a un dedo por la noche, siente llegar a su amante, el marido se da cuenta, y, mientras persigue al amante, la mujer pone en el lugar suyo en la cama a otra mujer, a quien el marido pega y corta las trenzas, y luego va a buscar a sus hermanos; los cuales, encontrando que aquello no era verdad, le injurian.   Extrañamente maliciosa parecía a todos que doña Beatriz había sido al burlarse de su marido y todos afirmaban que el miedo de Aniquino debía de haber sido muy grande cuando, sujetándolo fuertemente la señora, la oyó decir que él le había requerido de amores. Pero luego de que el rey vio callarse a Filomena, volviéndose hacia Neifile, dijo: -Decid vos. La cual, sonriendo primero un poco, comenzó: -Hermosas señoras, gran peso me incumbe si quiero co