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5.1.- Valoración personal del cuento tercero de la séptima jornada para mañana

El santurrón allá fue y fray Rinaldo le dijo:
-Tomad a vuestro hijo, salvado por la gracia de Dios, cuando he creído poco ha, que no lo veríais vivo al anochecer; y bien haríais en hacer poner una figura de cera de su tamaño a la gloria de Dios delante de la estatua del señor San Ambrosio, por los méritos del cual Dios os ha hecho esta gracia. El niño, al ver a su padre, corrió hacia él y le hizo fiestas como hacen los niños pequeños; el cual, cogiéndolo en brazos, llorando no de otra manera que si lo sacase de la fosa, comenzó a besarlo y a darle gracias a su compadre que se lo había curado.
El compañero de fray Rinaldo, que no un padrenuestro sino más de cuatro había enseñado a la criadita, y le había dado una bolsa de hilo blanco que le había dado a él una monja, y la había hecho devota suya, habiendo oído al santurrón llamar a la alcoba de la mujer, calladamente había venido a un sitio desde donde pudiera ver y oír lo que allí pasaba.
Y viendo la cosa en buenos términos, se vino abajo, y entrando en la alcoba dijo: -Fray Rinaldo, las cuatro oraciones que me mandasteis las he dicho todas. A quien fray Rinaldo dijo:
-Hermano mío, tienes buena madera y has hecho bien. En cuanto a mí, cuando mi compadre llegó no había dicho sino dos, pero Nuestro Señor por tu trabajo y el mío nos ha concedido la gracia de que el niño sea curado.
El santurrón hizo traer buen vino y dulces, e hizo honor a su compadre y a su compañero con lo que ellos tenían necesidad más que de otra cosa; luego, saliendo de casa junto con ellos, los encomendó a Dios, y sin ninguna dilación haciendo hacer la imagen de cera, la mandó colgar con las otras delante de la figura de San Ambrosio, pero no de la de aquel de Milán .

Comentarios

  1. Este fragmento pertenece al tercer cuento de la séptima jornada del libro del Decamerón, el cual es narrado Elisa. Este cuento nos cuenta como la astuta de doña Agnesa es capaz de inventarse una historia con el fin de que su marido no la pillara siendo infiel con Fray Rinaldo.
    En las primeras líneas podemos observar como Fray Rinaldo no está siendo sincero con lo que esta diciendo para salvarse a el y a la amada con el fin de evitar las posibles represalias.
    Nos podemos dar cuenta de que los dos han sido muy astutos ya que no hay más amor que la de un padre hacia su hijo, con lo que causan que el marido no piense en otra cosa que ver a su hijo sano y salvo.
    En las siguientes líneas también podemos observar que el hermano se da cuenta de lo que han tramado y los ayuda con el fin de convencer al esposo de ello. En el cuento no hay ni una mínima pregunta al hijo de como se encuentra por lo que el marido tiene plena confianza en aquellos quien lo rodea.
    Por último, todos acaban celebrando y terminando con un final feliz sin ningún tipo de desconfianza del hombre hacia su mujer.

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  2. Estamos ante un fragmento del tercer cuento d la séptima jornada de la obra de Boccaccio "Decamerón". Nada más empezar el fragmento el autor llama al marido "santurrón" por lo que ya podemos intuir que se trata de alguien inocente.
    En el primer párrafo se narra cómo fray Rinaldo muestra al protagonista a su hijo sano, le dice que si no hubiese sido por él ahora mismo estaría muerto. Esto es una mentira formulada por Agnesa, la mujer infiel del protagonista.
    Agnesa se inventa la astuta excusa de que su hijo estaba enfermo y Rinaldo acudió a salvarlo a su habitación con tal de que el marido no sospechase que le estaba siendo infiel. Se observa que Rinaldo ayuda a Agnesa con la mentira y la exagera para que sea más creíble.
    El marido cree la historia por lo que podemos ver su ingenuidad e inocencia.
    A continuación aparece el compañero de fray Rinaldo, el cual estaba en otra habitación rezándole unos padrenuestros a la criada, cuando en realidad también se encontraba satisfaciendo sus deseos carnales con ella. Esto nos hace ver que el marido es engañado por todos mientras él cree que hacen el bien y su hijo ha sido salvado.
    El protagonista trae buen vino y dulces para celebrarlo, con lo que se aprecia una vez más que no sospecha nada de lo ocurrido y confía en su mujer y su compadre.
    El tema principal es la infidelidad, también tomamos como tema del fragmento la inocencia del marido al creer una mentira tan imaginativa, ya que la supuesta enfermedad de su hijo se trataba de unas lombrices que se acercarían a su corazón.
    A lo largo del fragmento se observa una gran astucia e imaginación para crear tal mentira como también se aprecia en el segundo cuento de la séptima jornada.
    El tema de la infidelidad es actual y universal, y aunque no es algo correcto cabe a destacar la gran inteligencia de los amantes para desviar el tema a su favor.

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  3. Nos encontramos ante un fragmento del tercer cuento de la séptima jornada del Decamerón. Este relato es contado por Elisa, la cual, designada por el rey de la jornada, Dioneo, debe proceder a contar la siguiente historia. Este cuento contado por Elisa narra la historia de Rinaldo, un joven muy enamorado de su vecina, la cual lo rechaza constantemente. Se hace compadre de su amada y padrino de su hijo y se ordena sacerdote para, finalmente, persuadirla y satisfacer sus deseos.
    En la primera línea se menciona a un “santurrón”, refiriéndose al marido de la adúltera, el cual ha creído todo lo que le ha dicho su mujer con anterioridad. En el fragmento, el marido peca de ingenuo, y en vez de repararse en lo extraño de la situación, pues su mujer y su compadre se hayan solos y encerrados en una habitación, es distraído por su esposa debido a la supuesta enfermedad de su hijo, que está infestado de lombrices. Se observa aquí la frialdad y la astucia de doña Agnesa, que con gran imaginación, no sólo evita que la infidelidad sea descubierta, sino que consigue que su marido crea su invención. La mujer muestra una gran inteligencia y frescura, con la que desarma a su marido, el cual no ha tenido tiempo de analizar lo que realmente está pasando.
    A continuación, en las siguientes líneas, Rinaldo sigue con la mentira ya empezada por doña Agnesa, y comienza a decirle a su compadre que su hijo se ha salvado gracias a sus oraciones, y que de no ser así, no lo hubiera visto vivo por la tarde. En éste punto, vemos como el amante continúa la manipulación sobre el marido, cuya intencionalidad es centrar toda la atención en la posible y dolorosa pérdida del hijo, lo que hace que sólo se percate en lo que se le está diciendo. Siguiendo en la primera parte, el hijo corre en brazos de su padre que ante la posibilidad de haberlo perdido, y le agradece la cura al sacerdote. En éste punto, el marido, crédulo, derrama lágrimas porque ha caído en la artimaña de los amantes y le da las gracias a su compadre como si realmente hubiera curado a su hijo, hecho que reivindica su ignorancia.
    Por su parte, se introduce al compañero de Rinaldo como un sacerdote que ha ido a enseñar oraciones a la criada de doña Agnesa, y le ha dado una bolsa con hilo. Lo que realmente quiere decir el autor es que el compañero ha satisfecho su deseo carnal con la criada, y la bolsa de hilo como regalo consolida la relación entre los amantes, de ahí que se la describa como devota del compañero de Rinaldo. Esto es un ejemplo de la ideología renacentista, en la que se impone el goce sensorial y de la vida, recogido en el tópico “carpe diem”. Continuando con esta parte del fragmento, el compañero se percata de la llamada del marido y acude en la ayuda de Rinaldo, lo que significa que él también se hará cómplice de la gran mentira y manipulación llevada a cabo. El compañero entra en la habitación asegurando haber orado por la cura del niño, cuando lo que realmente ha estado haciendo ha sido retozar con la criada. Con este sin fin de argumentos, la mentira, por más absurda que parezca, se consolida. Rinaldo, afirma triunfante que el trabajo realizado por ambos sacerdotes ha sido la causa por la que el niño se ha curado de las lombrices; cuando lo cierto es que el “trabajo” realizado por ambos ha sido todo lo contrario a rezar. Observamos así una crítica al clero de la época renacentista, el cual incumplía el hábito y la orden a la que se habían encomendado.
    Se concluye el fragmente con la posterior celebración por la sanación del niño, con buena comida y bebida. Los amantes han salido airosos del percance con su gran argucia, la que el marido ha creído por completo distraído por la preocupación de su hijo.

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  4. Este fragmento de texto del libro Decamerón y escrito por Boccaccio, es narrado por Elisa y pertenece a la tercera novela de la séptima jornada.
    El fragmento esta situado en el desenlace del cuento, donde el fraile debido a su picaresca y la mujer del santurrón por su sangre fría, son capaces de no ser pillados por el santurrón gracias a una excusa puesta por el fraile, que inventa que el hijo del santurrón ha enfermado por unos gusanos maldecidos. Opinamos que es una idea tan imaginativa que el santurrón se la cree mediante los engaños llevados a cabo por el fraile y la mujer del santurrón, que, de hecho, la idea viene por la infidelidad cometida por el fraile y la mujer.
    Podemos decir que un tema relacionado con el texto es la picaresca y labia que lleva a cabo el fraile para satisfacer sus deseos con la mujer del santurrón.
    También podemos destacar el amor paterno que existe entre el santurrón y su hijo, ya que por mucho que se trate de una mentira, el santurrón se centra en su hijo y ni siquiera piensa si le están "tomando el pelo", aunque tampoco podría imaginárselo ya que el fraile, a parte de serlo, también es su compadre.
    Por otro lado también podemos decir que el autor destaca la redundancia llevada a cabo en el segundo párrafo donde que dice: " El compañero de fray Rinaldo, que no un padrenuestro sino más de cuatro había enseñado a la criadita", es decir, de forma irónica ha destacado una situación sexual pero sin necesidad de describir el momento, hecho que sigue ocurriendo hoy en día pero con otras expresiones. El amigo del fraile también sigue la mentira creada por el fraile y la mujer del santurrón, haciéndolo de forma burlesca y refiriéndose a que ha llevado a cabo sus deseos sexuales de forma satisfactoria y diciendo: "fray Rinaldo las cuatro oraciones que me mandasteis las he dicho todas".
    En conclusión, podemos deducir que todos acabaron felices sin ningún tipo de desliz, el fraile contento por satisfacer sus deseos, al igual que su amigo, el santurrón al ver a su hijo bien, y la mujer por no haber sido descubierta su infidelidad debido a su sangre fría, haber sabido mantener la calma y ser una buena mentirosa, al igual que el fraile.
    Opinamos que los temas reflejados en el fragmento de texto siguen siendo vigentes en la actualidad, tanto la infidelidad como las mentiras es una cosa innata que lleva existiendo en el ser humano desde que "el hombre es hombre", del mismo modo que las creencias subjetivas inventadas por una persona también siguen existiendo, aunque no suelen ser tan fantasiosas como están descritas en el texto.

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  6. Estamos ante un fragmento del tercer cuento de la jornada séptima de Decamerón, del escritor Boccaccio.
    El tema de este fragmento es el engaño de la mujer y del propio Fray Rinaldo a su compradre aprovechando que este es hombre ingenuo y simple. Rinaldo juega con la gracia de Dios y con la fe de su vecino haciendo le creer que su hijo está enfermo para ocultar que en realidad se encontraba con la mujer de este.
    En las primeras líneas del fragmento Fray Rinaldo alude a Dios y su gracia divina por haber salvado al hijo de su compadre, con esto hace que el ingenuo marido de doña Agnesa crea dicha mentira.
    El marido desconsolado abraza a su hijo y agradece a Rinaldo por haberle curado.
    A continuación aparece la criada de la familia, quien sabiendo la relación amorosa entre su señora y Fray Rinaldo se oculta para observar y oír lo que ocurre cuando llega el señor.
    Acto seguido Rinaldo sigue con la falsa ya que gracias al trabajo de ambos ( por haber recitado las oraciones) su hijo se ha curado.
    Por último el marido hacer traer manjares y manda hacer la imagen de cera, como le indicó el fraile.
    Sí se puede tratar de un tema actual porque hay personas que engañan o mienten a otras valiéndose de la fe.

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  7. Este fragmento de Decamerón pertenece al tercer cuento de la séptima jornada, y se repite el tema de una infidelidad la cual tratan de cubrir inventandose una historia que el marido de doňa Agnesa creera desde el principio. Al llegar el marido inesperadamente y encontrarse a su esposa con su compadre fray Rinaldo, este le comunica que se encuentra hay curando a su hijo de lombrices exagerandolo aqui se observa la astucia que tienen doňa Agnesa y fray Rinaldo para ocultar su infidelidad improvisando una falsa historia de la cual también formo parte su compaňero. También se observa la inocencia del marido, del cual también se aprovechan al inventar esa historia sobre su hijo ya que el es una persona con una devoción religiosa exagerada y se lo iba a creer con más facilidad , hasta dandole las gracias a su compadre por supuestamente haber curado a su hijo tragiversando asi los papeles, ya que los que tendrían que haber pedido perdón y no haber inventado tal cosa debieran haber sido doňa Agnesa y fray Rinaldo. Los amantes saben muy bien con el tema con el que juegan a la hora de tapar su engaňo a santurrón, con un tema del que el no iba a dudar siendo este tema su hijo suponiendose encima que su compadre le habia ayudado. Al ver a su hijo bien y ver como corrió hacia él abrazandole ,también pudo haber olvidado aquello que al principio cuando llegó resultaba raro. Finalmente se observa que el marido celebra agradecido el bien de su hijo y hace honor a su compadre, salvandose así doňa Agnesa y fray Rinaldo de ser pillados y pudiendo así, seguir siendo amantes.

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  8. Este fragmento perteneciente al tercer cuento de la séptima jornada del Decamerón podemos observar un carácter religioso nada más empezar las primeras líneas. La religión es uno de los elementos principales del fragmento ya que el ser humano siempre ha tenido fe en ella. Se atribuye la vuelta a la vida del niño a Dios, exagerándolo como si de un milagro se tratase. Es por ello que el fraile recomienda, con cierto matiz de obligación para recordar siempre este momento, a poner una figura de cera del niño frente a otra escultura religiosa. Todo el mérito de la cura del niño se debe a Dios, además de resaltar su figura y poder divino sobre el hombre, para que los frailes no den explicaciones innecesarias sobre cómo han conseguido que el pequeño esté sano y salvo de nuevo. Así se convierten en los héroes de este hecho.
    Por otro lado, se describe la reacción tanto del padre como del hijo al encontrarse mostrando una relación muy profunda entre ambos. Las lágrimas, los besos y las gracias por parte del padre reflejan la situación de sufrimiento simplemente al pensar en la pérdida de su hijo. Es una muestra de que el amor de un padre es irremplazable y en este caso mayor que el del niño, ya que al no haber estado enfermo realmente sólo corre hacia él lo haría de costumbre.
    Sin embargo, conforme avanzamos en el fragmento, aparece un nuevo personaje compañero de fray Rinaldo que había estado con una de las criadas de la casa donde se insinúa con un tono irónico la relación amorosa que hay entre ambos. Así se manifiesta la falta de lealtad por parte de este segundo fraile a la iglesia, criticándola, donde la naturaleza del ser humano hace que se deje llevar por sus impulsos y no por el deber. Se muestra la agudeza del compañero asomándose disimuladamente para entrar en la situación y que las relaciones ocultas entre las damas y los frailes no sean descubiertas por el santurrón. De esta forma, la relación que mantienen el fray Rinaldo y la madre del niño no es destapada por su marido, convirtiéndose la supuesta y posible muerte de su hijo en otra de las imaginativas excusas inventadas por las mujeres que Bocaccio describe en ésta jornada de su obra. El padre no sospecha de nada ya que confía en su mujer y en fray Rinaldo por ser su compadre y se ciñe simplemente en el estado de salud de su hijo.
    Finalmente el santurrón celebra el buen estado del niño junto con el resto de personajes enseñándose así un padre agradecido que acaba haciendo la figura de cera como forma de correspondencia a los frailes ya que vive inocente en esa gran mentira causada por la astucia de su mujer y agudeza de los frailes por continuar su engaño con discreción.

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  9. El presente fragmento cuyo autor es Boccaccio y pertenece al tercer cuento de la septima jornada de la obra de Decameron narra a traves de la dama Elisa la invencion de Agnesa para que esta no fuera descubierta cometiendo una infidelidad con Fray Rinaldo por su marido, demostrando asi el egoismo y frialdad tanto de Agnesa como el de su amante para poder seguir manteniendo viva su aventura y evitar las posibles consecuencias de su relacion. Tambien nombra a su marido como santurron haciendo referencia al caracter docil, ingenuo e inocente de este.
    En las primeras lineas que conforman el primer parrafo del Decameron, Fray Rinaldo le entrega a su hijo reprochandole que gracias a el puede tenerle consigo con vida, haciendo referencia a una posible reclamacion de agradecimiento.Esto demuestra la gran mentira ideada por ambos amantes, los cuales consiguen que la posibe infelididad de la mujer pase a ser secundario al estar en un segundo plano pasando de desapercibida, mostrando de esta formala la astucia, imaginacion, persuasion e ingenio tanto de la mujer como del amante al igual que se puede observar una vez mas la ingenuidad del marido de la mujer.
    A continuacion se muestra como el hermano es un complice mas de la historia al ayudar a los amantes a salir victoriosos de aquella situacion. Este tambien participa en el ser infiel ya que mantiene una relacion carnal a escondidas con la criada. Finalmente el marido es engañado por todos mientras el centra su atencion en celebrar la salvacion de su hijo, que se muestra en las ultimas lineas.

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  11. Estamos ante un pequeño fragmento del tercer cuento del Decamerón de Boccacio, llegando casi a concluir su final. Observamos ya desde el inicio como el pobre marido es llamado "santurrón", por lo que ya preveemos que ha de ser inocente y no muy avispasdo de lo que ocurre a su alrededor.
    En este caso la esposa le oculta su romance con fray Reinaldo, que insulta y deprestigia el nombre de la iglesia con sus acciones de amante.
    Además este mismo personaje quiso ser compadre de la familia en un pasado y así tener mayor facilidad para conseguir enredar a la mujer, por lo que la maldad de la mujer al engañar a su marido con su compadre es todavía mayor. La escusa esta vez es totalmente cruel al utilizar a su hijo y hacer creer al marido una posible muerte de este, que podría haberse creido la historia,por eso su reacción de ir ilusionado al ver a su padre a sus brazos, cosa que la madre no dio mucha importancia, siendo otra prueba de la frialdad de esta y poco respeto por supuesto hacia su hijo y hacia su marido.
    Continuamos y vemos que no solo aparecen estos personajes, sino que Reinaldo vino con su compañero que no vaciló en interesarse en exceso por la criada del hogar. Una vez que estos bajan y encuentran el percal, el compañero decide continuar la broma de mal gusto y comenta con fray Reinaldo que "ya rezaron no uno sino más de cuatro padrenuestros que le ordenó".
    El pobre padre insolito de creer que su hijo podria haber muerto de una infección por lombrices, cosa que es de extrañar pero que hasta eso acaba creyendo, no solo no es consciente de la situación, sino que acaba por agradecerle su ayuda a fray Reinaldo por intervenir y salvar a su hijo.
    Tanto es así que lo premia con vino y otros dulces para celebrarlo.
    En esto último vemos todavía vemos más destacada la ignorancia del padre, cegado por la alegría de ver a su hijo asalvo en sus brazos.

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