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2.2. Otras obras

Obra
Dostoievski está considerado como uno de los mejores novelistas de la literatura universal. Sus ideas han tenido una enorme influencia en corrientes literarias tales como el Modernismo, el Existencialismo, así como en diversas escuelas de psicología, de teología e, incluso, de crítica literaria.
La influencia de Dostoievsky no puede ser sobreestimada: de Herman Hesse a Marcel Proust, de William Faulkner a Alberto Camus, de Franz Kafka a Gabriel García Márquez - virtualmente ningún gran escritor del siglo 20 ha escapado su larga sombra (las raras voces disintiendo incluyen a Vladimir Nabokov, Henry James y, más ambiguamente, a David Herbert Lawrence). Esencialmente escritor de mito (y en este respecto a veces comparado a Herman Melville), Dostoievsky ha creado una obra de inmensa vitalidad y el poder casi hipnótico caracterizado por los rasgos siguientes: escenas febrilmente dramatizadas (los cónclaves) donde sus personajes son frecuentemente comprometidos en la atmósfera escandalosa y explosiva, apasionadamente comprometido con los diálogos Socráticos de la Rusia ; la búsqueda de Dios, el problema del Mal y el sufrimiento de los inocentes frecuentan la mayoría de sus novelas; los personajes encajan en distintas categorías: humildes y modestos cristianos (príncipe Myshkin, Sonya Marmeladova, Alyosha Karamazov), nihilistas autodestructivos (Svidrigailov, Smerdyakov, Stavrogin, el hombre subterráneo), cínicos libertinos (Fedor Karamazov), intelectuales rebeldes (Raskolnikov, Ivan Karamazov); también sus personajes se manejan por las ideas en lugar de los ordinarios imperativos biológicos o sociales.
Las novelas de Dostoievsky están comprimidas en el tiempo (muchas cubren sólo unos pocos días) y esto le permite al autor que se libre de uno de los rasgos dominantes de la prosa realista, la corrosión de vida humana en el proceso del flujo del tiempo - sus personajes incluyen principalmente los valores espirituales y éstos son, por definición, eternos. Otros temas obsesivos incluyen el suicidio, el orgullo herido, el derrumbe de los valores familiares, la regeneración espiritual a través de sufrimiento (el motivo más importante), el rechazo del Oeste y la afirmación de la Ortodoxia rusa y el Zarismo. Su trabajo a veces se caracteriza como 'polifónico': a diferencia de otros novelistas diferentes, Dostoievsky es libre de 'una sola visión', y aunque muchos escritores han descrito las situaciones de varios ángulos, sólo Dostoievsky ha engendrado novelas totalmente dramáticas de ideas donde puntos de vista contradictorios y personajes se desarrollan hacia un crescendo intolerable.
Sus obras, a menudo, son calificadas de proféticas por su exactitud a la hora de predecir lo que ocurriría en Rusia si los revolucionarios conseguían alcanzar el poder.
Entre sus obras más importantes, las cuales ya en vida le proporcionaron una enorme popularidad, debemos citar: Apuntes desde el subsuelo y, principalmente, sus novelas Crimen y castigo, El idiota, Los demonios, y Los hermanos Karamázov. Cada una de estas obras destaca por su profundidad psicológica, de hecho Dostoievski es considerado como uno de los más grandes psicólogos de la historia de la literatura, especializado tanto en el análisis de los estados de ánimo patológicos que resultan de la locura, el homicidio y el suicidio, como en la exploración de emociones humanas tales como la humillación, la autodestrucción, la dominación tiránica, y la rabia asesina. Sus célebres obras también se conocen como "novelas de ideas" porque tratan temas atemporales de la filosofía, psicología y la política, estrechamente vinculados a los retratos de sus personajes intelectuales que "sienten las ideas" desde los más profundo de sus almas. Por todo ello, estas novelas abrieron, definitivamente, nuevos y novedosos caminos para la forma literaria.
A diferencia de muchos otros autores rusos de la primera mitad del siglo XIX, Dostoievski no nació en el seno de una familia aristocrática. Por ello, siempre hizo hincapié en la diferencias de linaje que lo separaban de otros escritores de su tiempo como León Tolstói o Iván Turguénev, diferencias que necesariamente se materializaban en su trabajo literario. En primer lugar, Dostoievski tuvo problemas económicos durante gran parte de su vida y para solventarlos tenía que recurrir a publicaciones rápidas y por encargo. Aunque él mismo se quejaba de que escribir con un límite de tiempo le impedía crear una literatura brillante, es muy posible que sea ese estilo frenético el que colma de atractivo a sus novelas. Por otra parte, Dostoievski pronto se dio cuenta de que, a diferencia de los autores de la nobleza que describían la vida de las familias de su propia clase, mediante ambientes hermosos y tradiciones inmutables, él prefería analizar las vidas de los ofendidos, de los humillados y de las familias más desafortunadas:  Todas sus obras:


-        1845: Una novela en nueve cartas
-        1846: Pobres Gentes
-        1846: El Doble
-        1846: Prokharchin
-        1847: La Patrona
-        1848: Polzum'kov
-        1848: Un corazón débil
-        1848: La mujer de otro
-        1848: Un ladrón honrado
-        1848: Un árbol de Navidad y una boda
-        1848: Las noches blancas
-        1849: Netochka Nezvamova
-        1849: Un pequeño héroe
-        1859: Stepantchikovo
-        1861: Humillados y ofendido
-        1861: La casa de los muertos
-        1862: Un trance desagradable
-        1864: Notas desde el subterráneo
-        1865: El cocodrilo
-        1866: Crimen y castigo
-        1867: El jugador
-        1868: El Idiota
-        1870: El eterno marido
-        1871: Los poseídos
-        1873: Bobok
-        1875: Un adolescente
-        1876: Mareg el mujik
-        1876: El árbol de Navidad celeste
-        1876: La tímida 
-        1877: El sueño de un hombre ridículo
-        1879: Los hermanos Karamazov
-        Diversos años: Diario de un escritor
Pobres gentes
Esta primera novela, publicada en 1845 en la revista dirigida por Nekrásov Antología petersburguesa, alcanzó un éxito inmediato por su naturalismo claramente sentimental. Pobres gentes está compuesta de forma epistolar y contiene numerosas descripciones que detallan minuciosamente las humildes condiciones de vida que soportaba la clase funcionarial.
Makar Devushkin, un oficinista pobre y tímido que lo único que puede permitirse es vivir en la esquina de una sucia cocina, intercambia cartas con una niña pobre, Varvára Dobrosiolova. Sus cartas revelan que, a punto de caer en el mundo de la prostitución, está siendo cortejada por un hombre mayor, adinerado y miserable, con quien, al final de la novela, acepta casarse. La novela es extraordinaria por sus análisis psicológicos de los efectos de la pobreza. Dostoievski transformó, mediante el género epistolar, la técnica que Nikolái Gógol usó en El abrigo, otra célebre historia de un pobre oficinista. No obstante, la intención del autor de Pobres gentes era, sobre todo, demostrar que en los sótanos y buhardillas de las grandes ciudades vivía gente sensible que todavía conservaba un mínimo de dignidad. Es famosa la escena en que Devushkin se ofende enormemente al leer la historia de Gógol. Así pues, mientras que el héroe cómico de El abrigo es completamente inconsciente de sus acciones, el héroe de
Dostoievski es perfectamente consciente de que está padeciendo la agonía de las humillaciones.
Sin embargo, el encanto de Pobres gentes fue eclipsado rápidamente por las obras posteriores de Dostoievski y porque era una novela epistolar, un género que en esta época ya estaba pasado de moda.
El doble
La novela El doble, publicada en 1846, desarrolla un estudio sobre la esquizofrenia. El protagonista de esta novela, Goliadkin, otra vez un pequeño funcionario, crea un doble de sí mismo que se burla de él y usurpa su lugar. Este oficinista se siente engañado cuando su compañero, más joven que él, tiene la suerte de convertirse en el yerno del jefe. En el cumpleaños de la hija del patrón fracasan todas las intrigas contra su rival y al día siguiente su doble, del mismo nombre, comienza a trabaja en su despacho. A partir de aquí comienza una confusa lucha interior que culmina con el ingreso de Goliadkin en el manicomio.
Dostoievski narra la historia audazmente a través de una de las voces que suenan dentro de la psique de Goliadkin con el propósito de que la historia se lea como si fuera una burla dirigida directamente a su desafortunado héroe. En esta ocasión el argumento nos conduce a La nariz de Gógol, aunque con relevantes diferencias; mientras que éste recrea una atmósfera puramente grotesca, Dostoievski nos presenta la cruda realidad de la burocracia rusa, que sólo puede alcanzar sus ideales a través del desdoblamiento patológico/ esquizofrénico.
Humillados y ofendidos
Se puede considerar como la obra que cierra definitivamente el primer periodo creativo en la obra de Dostoievski, después vendrá el destierro. En esta novela, publicada en 1861, un escritor desilusionado, Iván Petróvich, escribe en el hospital sus memorias sobre un mundo en el que toda relación humana está condenada a fracasar por culpa del afán del dinero y la fama. Se trata de una novela sensacionalista y sentimental que, una vez más, nos enseña la miseria de la gran ciudad, temática que en aquel tiempo estaba de moda.
Apuntes desde el subsuelo
Apuntes desde el subsuelo constituye la primera obra madura del Dostoievski, la primera con la que el escritor logra distinguirse de sus contemporáneos. En esta novela el autor, desde un sótano, mantiene un monólogo lleno de odio contra lo subterráneo, que simboliza, no el sótano donde se encuentra, sino todo lo clandestino y lo políticamente prohibido. Se trata de un ataque frontal contra Nikolái Chernyshevski y su libro ¿Qué hacer? (1863), aunque su nombre nunca aparece mencionado explícitamente. Dostoievski ridiculiza los postulados del crítico según los cuales el hombre sólo aspiraría al bienestar físico, trabajo y bienes materiales; entonces, ¿dónde se sitúa el hombre que mata por puro placer? El hombre del subsuelo se rebela contra todo sistema social o político y rechaza la posibilidad de organizar la sociedad mediante esquemas preestablecidos.
En la primera parte de Apuntes desde el subsuelo (1864), un narrador anónimo expone, en primera persona, un ataque brillante contra las creencias, compartidas por
liberales y radicales, de que es posible descubrir las leyes de la psicología individual y de que los seres humanos no tienen elección libre, sino que se mueven en función de las circunstancias, de lo que se deduce que la historia está gobernada por leyes y es posible diseñar una sociedad utópica sobre la base de las leyes de la sociedad y la naturaleza humana. Incluso si tal sociedad pudiera ser construida, el hombre del subsuelo argumenta que las propias personas lo odiarían sólo por haberles negado el libre albedrío y haberlos hecho completamente predecibles. En la segunda parte de la novela, el hombre del subsuelo recuerda los incidentes de su pasado que lo empujaron a comportarse de un modo determinista y lleno de rabia. Dostoievski aclara que las soluciones irracionales del hombre del subsuelo no son mejores que las de los sistemas los racionalistas.
La crítica soviética dijo de Apuntes desde el subsuelo que era “una fuente enfermiza e individualista contra la sociedad, y la negación de cualquier norma o ley reguladora de la vida política y social”.
El jugador

Crimen y castigo
Esta obra, escrita al mismo tiempo que El jugador (1866) describe a un joven intelectual, Raskólnikov, dispuesto a arriesgarlo todo por sus ideales. Así pues, decide solucionar sus problemas de una vez por todas asesinando a una vieja prestamista. Sus problemas pecuniarios y su teoría del superhombre lo empujan a cometer el crimen. La moral utilitarista le dice que matarla será algo positivo porque así el dinero de la vieja podrá ser utilizado para ayudar a otros; les dará el dinero robado a su madre y a su hermana y él podrá terminar su carrera y marcharse al extranjero, de ese modo servirse de un medio malo para lograr un propósito bueno. Por otro lado, Raskólnikov piensa que creer en el bien y el mal es perjudicial en sí mismo, una simple reliquia de la religión, y, moralmente hablando, considera que en lo que ha hecho no hay nada que pueda calificarse como crimen. Para justificar el homicidio, Raskólnikov recurre a su más famosa teoría del superhombre que divide el mundo en personas extraordinarias, como Salomón, César o Napoléon, y personas corrientes, que sirven únicamente para perpetuar la especie. Las personas extraordinarias deben tener “el derecho a pecar y transgredir”, porque de lo contrario el progreso sería imposible. Nada podía estar más lejos de la verdadera moral de Dostoievski, basada en la valía infinita de cada alma humana.
Después de cometer el crimen, Raskólnikov queda inexplicablemente atrapado en una espiral de remordimientos y aislado por completo. El detective Porfiri Petróvich sabe que Raskólnikov es culpable, pero no puede demostrarlo, por ello le tiende
diversas trampas psicológicas hasta que el asesino, finalmente, confiesa. Mientras tanto, Raskólnikov intenta descubrir por sí mismo el verdadero motivo que lo condujo a cometer el crimen, pero nunca consigue obtener una única respuesta. En un famoso comentario, Tolstói argumentó que no había un sólo motivo, sino una serie de "alteraciones diminutas y diminutas" del estado de ánimo y de los hábitos mentales. La brillantez de Dostoievski quizás radique, en parte, en las complicadas reconsideraciones que plantea acerca de conceptos tales como la motivación y la intencionalidad.
Crimen y castigo también brinda otros retratos psicológicos extraordinarios como el del borracho Marmeládov, o el del inmoral y vicioso de Svidrigailov. El amigo de Raskólnikov, Razumijin, representa la disconformidad del escritor para conducirse en la vida en base a esquemas ideológicos; la propia vida de Razumijin ejemplifica que los problemas no se resuelven ni con grandes ideas ni asumiendo riesgos dramáticos, sino a través del trabajo duro, lento y continuado.
La heroína de la historia es Sonia Marmeládova, un símbolo irreal de la bondad del buen cristiano. Es Sonia, una joven que se prostituye para mantener a su familia, la que convence a Raskólnikov para que confiese y luego se marcha con él a Siberia. En el epílogo de la novela, sin embargo, se explica que el preso Raskólnikov no ha confesado por remordimientos, sino a causa de la tensión emocional que sobre él ejerce Porfiri Petróvich. Así pues, al principio, intenta seguir manteniendo sus teorías amorales, pero, al final, la bondad de Sonia y la palabra de Dios, revelada a Raskólnikov a través de un sueño y de la actitud cristiana de la meretriz, inculcarán en el protagonista de la obra un verdadero arrepentimiento por las atrocidades cometidas.
El idiota
La siguiente gran novela de Dostoievski, El idiota (1868-69), representa un intento por describir, de manera convincente, a un hombre absolutamente bueno y puro. Dostoievski pensaba que si la novela tenía éxito podría demostrar que la bondad cristiana es realmente posible; y su trabajo como escritor podría considerarse como una prueba del Cristianismo en forma de novela.
El protagonista, el príncipe Myshkin, es efectivamente muy generoso e inocente. La gente lo mira como a un idiota porque, además de sufrir problemas mentales y epilepsia, es una persona sumisa, tímida y solitaria. Sin embargo, también está dotado de una profunda intuición psicológica. Desafortunadamente, su propia bondad parece traer la desdicha a todos los que lo rodean, incluso a la heroína de la novela, Nastasia Filíppovna, a quien desea salvar. Esta mujer está a punto de “casarse” con el rico comerciante Rogozhin, quien, al no poder poseerla, decide comprarla. El príncipe Myshkin pretende salvarla, aunque él mismo está enamorado de otra mujer, Aglaya. Myshkin se debate entre el amor carnal (Aglaya) y el amor compasivo (Nastasia), pero su carácter irresoluto y su incapacidad para desenvolverse en el mundo cruel en que vive provocará que todo acabe en tragedia. Nastasia acepta finalmente y la proposición de Rogozhin a sabiendas de que éste desea matarla.
Los Demonios
Esta novela, publicada en 1872, le valió a Dostoievski el odio permanente de los radicales. Considerada, a menudo, como la más brillante novela política jamás escrita. Dostoievski, a su vez, se basa en la oposición que Turguénev planteaba en sus obras Padres e hijos para presentar dos tramas entrelazadas. Por una parte, conocemos al hijo,
Nikolái Stavrogin, un hombre que odia la hipocresía de la gente y desea desafiar al mundo. En sus años más jóvenes Stavrogin, en una búsqueda fútil por el significado de las cosas, se interesa por diversas escuelas ideológicas, cada una de las cuales está representada en sus diferentes amigos, intelectuales de la época, fascinados por la personalidad de Stavrogin. Por un lado tenemos a Shátov un eslavófilo que, como el propio Dostoievski, cree en el origen divino del pueblo ruso y por otro a Kirilov, que adopta una serie de argumentos filosóficos contradictorios para justificar el suicidio. Es muy conocido el discurso en el que Kirilov argumenta que solamente un acto completamente desinteresado de autodestrucción puede probar que una persona es libre, porque tal acto no puede ser explicado por ningún tipo de egoísmo y, por lo tanto, viola todas las leyes de la psicología. Kirilov, suicidándose sin razón alguna, espera hacerse un "hombre - dios" que sirva de ejemplo de libertad humana, en un mundo que ha negado a Cristo.
Nikolái Stavrogin es un hombre con un interior vacío. Todas las personas que tropiezan con él acaban condenadas a la ruina. Ha violado a la joven Matriosha, que después se ahorca; se casa con María Lebiádkina, una inválida enferma que acaba asesinada; Liza, quien le muestra el verdadero amor, también, muere; Ippolit se suicida; Shátov es asesinado por el padre de Nikolái.
Con la otra trama, Dostoievski se gana la reputación de profeta político. En ella, describe una célula de revolucionarios conspiradores dirigidos por el padre de Stavrogin, Piotr Stepánovich Verjovénski, que reúne al grupo involucrándolo en el asesinato de Shátov, supuestamente por traición, pero en realidad lo hace para dar sentido a su comportamiento conspiratorio. Este incidente estaba basado en el plan de un revolucionario de la época, Serguéi Necháiev, cuyo proceso levantó mucha polémica en 1871. El teórico del grupo revolucionario está representado en el personaje de Shigaliov, que expone sus ideas sobre el surgimiento de una sociedad perfecta. Una igualdad obligatoria y una utopía segura requieren la supresión de toda individualidad y de toda idea independiente. Con estos argumentos, que anticipan la política cultural soviética y maoísta, Piotr Stepánovich predice que, cuando la revolución llegue, "Cicerón tendrá la lengua cortada, Copérnico no tendrá ojos y Shakespeare estará drogado, y todo en nombre de la Igualdad."
Dostoievski sugiere que la demencia de los radicales procede del escepticismo liberal de sus padres, de la burla hacia la moralidad tradicional y, sobre todo, de la negligencia de la familia. Los demonios es una obra extremadamente conservadora y cristiana. En contraste con los retratos despiadados de los intelectuales, la novela expresa una gran compasión hacia los trabajadores y otras personas corrientes maltratadas por los radicales.
Los hermanos Karamázov
En Los hermanos Karamázov (1880), su última y probablemente su mejor novela, Dostoievski desarrolla sus temas filosóficos y teológicos favoritos: el origen del mal, la libertad y sus ansias de fe. Un padre derrochador y cruel, Fiódor Pávlovich Karamázov, se burla de todo lo noble y participa en bufonadas y borracheras siempre que puede. Éste abandona a sus hijos que tienen que ser educados por otros parientes. Al llegar a la edad adulta, los hermanos se enfrentan al viejo irresponsable, al que menosprecian y odian. Los tres desean la muerte de su padre. El mayor, Dimitri, un hombre apasionado capaz de amar al mismo tiempo a Sodoma y a la Virgen María, discute con su padre sobre dinero y compite con él por los favores de una "demoníaca” mujer, Grushenka. Cuando el anciano es asesinado, las pruebas circunstanciales
conducen al arresto de Dimitri, que es condenado a trabajos forzados en Siberia. Sin embargo, el verdadero autor del crimen resulta ser Smerdiákov, un cuarto hijo del viejo Karamázov , ilegítimo, epiléptico y malvado. Este personaje aborrece la vida y no siente ningún remordimiento después del crimen. Al final, se suicida y los otros tres hermanos se presentan dispuestos a cargar con la culpa.
El hijo legítimo más joven, Aliosha, constituye otro de los intentos de Dostoievski por crear la figura de Cristo. Siguiendo los consejos del sabio monje Zosima, Aliosha trata de poner en práctica el verdadero amor de cristiano. Para el narrador éste es el héroe principal de la obra. A pesar de ello, los lectores parecen estar más interesados en el hermano mediano, Iván, el intelectual. Al igual que Raskólnikov, en Crimen y castigo, Iván argumenta que si no hay Dios no puede haber inmoralidad, luego "todo está permitido" y uno solamente es responsable de sus acciones y no de sus deseos. Esta será, precisamente, la norma inmoral que utilice Smerdiákov para cometer el asesinato. Sin embargo, el Sermón de la montaña dice que somos también responsables de nuestros deseos y cuando el viejo Karamázov es asesinado, Iván, a pesar de todas sus teorías, llega a sentirse culpable para haber deseado la muerte de su padre. Al profundizar en la culpabilidad de Iván, Dostoievski nos proporciona una justificación psicológica para las enseñanzas cristianas. El mal no lo provocan unos pocos criminales, sino que surge de un ambiente moral en el que todas las personas que participan albergan deseos malvados.
Aparte de la oposición entre el viejo Karamázov (padre biológico) y el ermitaño Zosima (padre espiritual), también aparece la encarnación de la Trinidad, simbolizada en los tres hermanos: Dimitri, que representa las pasiones salvajes y sensuales; Iván, el pensador y racionalista, que se niega a creer en la eterna felicidad mientras haya un solo niño sufriendo; y Aliosha, el puro y santo. Los tres son producto del mismo padre y los tres desean su muerte, y ni siquiera Aliosha, con sus ideales evangélicos, puede controlar su odio.
La novela alcanza su punto culminante en tres capítulos que pueden ser incluidos entre las páginas más sobresalientes de la literatura mundial. En "Rebelión", Iván acusa a Dios-Padre de crear un mundo en el que los niños sufren. Iván también escribe un poema, “El gran inquisidor”, en el que se cuenta la historia del breve regreso de Cristo a la tierra durante la época de la Inquisición española. Al reconocerlo, el inquisidor lo arresta como si del "peor de herejes" se tratara, porque, según explica el inquisidor, la iglesia ha rechazado a Cristo, pues Cristo ha venido para hacer a los hombres libres, pero el inquisidor insiste en que la gente no quiere ser libre, quieren la seguridad y la certidumbre en lugar de la libre elección, porque ésta los conduce al error y a la culpabilidad. Y así, para asegurar la felicidad, la iglesia ha creado una sociedad basada en el "milagro, el misterio, y la autoridad." El inquisidor está evidentemente empeñado en fortalecer no sólo el catolicismo medieval sino también el socialismo contemporáneo. "Rebelión" y "El gran inquisidor " contienen lo que muchos han considerado las acusaciones más fuertes contra Dios jamás formuladas, acusaciones que, por otra parte, Dostoievski incluye con el propósito de refutarlas y así defender el Cristianismo. La obra se revela, ciertamente paradójica, pues parece entregada al Mal, sin embargo, encierra una profunda defensa del Cristianismo.
En otro de los famosos capítulos de esta obra, el diablo visita a Iván, que ya se ha vuelto loco, para hablar de filosofía. Sorprendentemente, este diablo no es imponente ni perverso, sino insignificante y vulgar, como si simbolizara el carácter ordinario y banal del mal. Las creencias de los intelectuales radicales están encarnadas en este demonio y se observan en pasajes excepcionalmente graciosos, como cuando el diablo defiende el materialismo y el agnosticismo.
Además de todo lo mencionado, Los hermanos Karamázov contiene muchas referencias a la actualidad rusa, como la mención de Karakózov, quien disparó contra Nicolás II, así como un estudio profundo de la criminalidad de la juventud rusa y de la vida en los reformatorios que Dostoievski investigó personalmente. Asimismo, introduce un importante dato autobiográfico, ya que Dostoievski, sintiéndose culpable de la muerte de su propio hijo Aliosha, “bautizó” a uno de los personajes más queridos de la novela con el nombre de su hijo, Alekséi Fiódorovich,.
El nombre de Dostoievski se ha convertido en sinónimo de profundidad psicológica. La amplitud y las contradicciones de sus personajes han dado lugar a numerosas teorías psicológicas que, en comparación, han resultado superficiales. Muchos teóricos, el más notable Freud, han tratado de ver a Dostoievski su predecesor. Su sentido del mal y su amor a la libertad han hecho al escritor especialmente relevante en un siglo XX marcado por las guerras mundiales, los asesinatos en serie y el totalitarismo. Al menos dos de los géneros literarios más modernos, la novela carcelaria y la novela de antiutópica, representados en obras como Nosotros de Yevgueni Zamiatin, Un mundo feliz de Aldous Huxley, y 1984 de George Orwell, se puede considerar deudores de la obra de Dostoievski. Sus ideas e innovaciones formales ejercieron, también, una profunda influencia sobre autores tales como Friedrich Nietzsche, André Gide, Albert Camus, Jean-Paul Sartre, André Malraux, y Mijaíl Bulgakov, entre otros. No obstante, sus obras continúan cautivando a los lectores por su especial originalidad a la hora de combinar tramas de suspense con otras cuestiones como la fe, el sufrimiento y el significado de la vida.

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