1.
El
estilo directo es la forma que usa el
narrador para reproducir textualmente las palabras de los personajes. Se usan
marcas gráficas como el guion de diálogo, comillas o dos puntos para
introducirlas.
Bajó la cabeza y se tomó la frente con la mano derecha.
—Eso es lo que está buscando este mocoso —dijo, como para sí,
pero en voz alta—. Que me dé un ataque al corazón y me muera. . .
Ricardo había vuelto lenta y silenciosamente a asomarse a la
puerta de la cocina. Había recogido, incluso, su camisa del suelo.
—Ahí vas a estar contento, ahí vas a estar contento —prosiguió
Clara, advirtiendo su reaparición—. Ahí sí. Ahí ya no vas a tener a la pobre
vieja imbécil controlándote, ahí vas a estar feliz. Eso es lo que querés. Eso.
“La pura verdad”, de Roberto Fontanarrosa
El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a
tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: "Te apuesto un
peso a que no la haces".
“Algo muy grave va a
suceder en este pueblo”, de Gabriel García Márquez
2.
El
estilo indirecto es la forma que usa
el narrador cuando en lugar de dejar que los personajes hablen directamente,
refiere en su propio enunciado los que ellos dijeron. En la mayoría de los
casos, el narrador mantiene su lecto y su registro sin que se contamine con los
correspondientes al personaje.
Y una de las alumnas,
que había venido a la capital desde un pueblo perdido en el campo, se quedó
charlando conmigo. Me dijo que ella, antes, no hablaba ni una palabra, y riendo
me explicó que el problema era que ahora no se podía callar. Y me dijo que ella
quería al maestro, lo quería muuuuuucho, porque él le había enseñado a perder
el miedo de equivocarse.
“El profesor”, de
Eduardo Galeano
3.
Estilo indirecto libre: es una forma más ambigua
en la que es difícil a veces identificar cuándo habla en narrador y cuándo lo hace
el personaje, a quién le pertenece cada palabra. El narrador no reproduce las
palabras del personaje sino que adopta su perspectiva. No se utilizan marcas
gráficas para introducir las palabras del personaje (guiones, comillas, verbos
como dijo, pensó, etc.).
Aunque
la perspectiva de participar en un conflicto bélico lo sacudió con violencia,
procuró mantener la calma para desvanecer el temor que se había apoderado de
sus padres y, sobre todo, de Julieta, incapaces de aceptar la idea de tan
súbita separación. Será por unos días. Todo se arreglará muy pronto.
“El pozo”, de Ángel Balzarino
Abandonó la música. ¿Para qué tocar?, ¿quién la escucharía? Como
nunca podría, con un traje de terciopelo de manga corta, en un piano de
Erard, en un concierto, tocando con sus dedos ligeros las teclas de
marfil, sentir como una brisa circular a su alrededor como un murmullo
de éxtasis, no valía la pena aburrirse estudiando. Dejó en el armario
las carpetas de dibujo y el bordado. ¿Para qué? ¿Para qué?
"Madame Bovary", de Gustave Flaubert
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