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5.2. Comparación del tema con otras obras y la actualidad

Comentarios

  1. Este fragmento pertenece a la novena novela de la Jornada VII del Decamerón, escrita por Giovanni Boccaccio entre 1348-1351. En ésta novela, Pánfilo, designado por el rey de esta jornada, Dioneo, debe continuar contando una historia, en relación con el tema propuesto para esta jornada: infidelidades de las mujeres hacia sus maridos.
    Pánfilo narra la historia de Lidia, una joven bella y llena de gracia, casada con Nicostrato, un hombre rico, noble y muy mayor en comparación a la edad de su mujer. Lidia se enamora de Pirro, un joven apuesto, y diestro, quien formaba parte de los criados del señor Nicostrato. Lidia, desesperada por llamar la atención de Pirro, le pide a su criada Lusca que le diga lo que ella siente por él, con el objetivo de que éste diera una respuesta recíproca. Tuvo que insistir algunas cuantas veces ya que el joven no creía nada de lo que se le decía, y además no tendría las agallas para traicionar a su amo, razón por la cual le pide a Lidia que demuestre de lo que es capaz de hacer para conseguir su amor, a través de una serie de requisitos en los cuales tendría que utilizar a su marido y poner a prueba su furia. Una vez realizados las tres condiciones, este se da cuenta de que Lidia está dispuesta a hacer lo que sea con el objetivo de ganar su amor, o al menos algo de placer. Una tarde Lidia es acompañada por el joven amante y su marido hasta el jardín, en donde se le ordena al Pirro a subir a un peral, y este aprovecha la situación para ingeniarse un plan en dónde engañaría Nicostrato para deleitarse con su mujer. Una vez estando en la cima del árbol dice ver una escena en donde Nicostrato y su mujer se deleitan de placer. Nicostrato no cree esto y sube para ver si lo que se está diciendo es cierto. Al estar arriba, Pirro y Lidia gozan de un momento íntimo y muy esperado. Su marido termina creyendo que el árbol encantado estaba, y Lidia y Pirro siguieron viéndose muy a menudo a escondidas de Nicostraro. Una vez más la astucia, en éste caso de el joven, logra engañar al marido para poder cometer su adulterio.

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  3. Este fragmento pertenece al género narrativo, subgénero cuento. Es un fragmento del Decamerón del autor Giovanni Bocaccio y de los cien cuentos que constituyen esta obra, pertenece a la séptima jornada, a la novena novela. Es del Prerrenacimiento y el narrador de este cuento es Pánfilo.
    Esta novena novela trata de la infidelidad por parte de la mujer y este fragmento tiene como tema principal la inteligencia del amante, el cual no cede en un principio a hablar con la esposa por miedo a que le estuvieran poniendo a prueba.
    Los personajes que aparecen son Pirro, el amante y la criada de la mujer, Lusca, la cual actúa como mensajera para hacerle conocer a Pirro el amor de la mujer por este.
    Nos encontramos en el comienzo del nudo de esta novela. Pirro desconcertado por las palabras que la criada le había dicho, niega a creerse que la mujer este enamorada de él y piensa que podría estar poniéndole a prueba. Por lo que se muestra fiel a su señor, Nicostrato y no cede a hablar con Lidia.
    A continuación, se muestra la desconsolación de Lidia por las duras palabras de Pirro, la cual manda a su criada que vuelva a hablar con él, mostrándole que si Pirro volvía a ser tan duro como anteriormente, la mujer se moriría.
    Finalmente este fragmento concluye con el intento de la criada por convencer a Pirro de que el amor de Lidia hacia él es verdadero.

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  4. Nos encontramos ante la novena novela de la séptima jornada de la obra El Decamerón, escrita por Giovanni Boccaccio durante el Prerrenacimiento del siglo XIV.
    Durante esta novela de género narrativo y subgénero cuento la trama principal como ocurre en la mayoría de las novelas es la infidelidad a un hombre ingenuo.
    La novela es narrada por uno de los Díez jóvenes llamado Pánfilo cuyo significado es curiosamente ingenuo.
    Como es habitual en esta época, una joven y hermosa mujer es casada a temprana edad con un señor con varios años más de edad pero de gran nobleza y fortuna.
    La señora joven y hermosa en este caso es llamada Lidia, la cual tiene necesidades sexuales constantemente a causa de la edad de su marido y de que realmente no lo desea. Esta sin embargo está muy atraída por uno de los sirvientes que Nicostrato (el señor) tenía. El sirviente era Pirro y a través de una criada llamada Lusca se intercambiaban mensajes debido a la discreción que era importante tener, puesto que una mujer que abandonaba a su marido por otro hombre podía caer en una importante deshonra para ella y su familia.
    El sirviente no terminaba de creerse que la señora sintiese todo aquello que decía, por lo que decidió ponerle una serie de pruebas para comprobarlo.
    En conclusión, la señora acepta con gusto las pruebas que Pirro le propone haciéndoselo saber a la criada y para que esta se encargase que informar a su amante de ello.

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  5. Este cuento pertenece a la novena novela de la séptima jornada de la obra El Decamerón, escrita por Giovanni Boccaccio durante la época anterior al Renacimiento, Siglo XIV.
    Durante esta novela de género narrativo y subgénero cuento la trama principal como ocurre en la mayoría de las novelas es la inteligencia de la mujer ante la ingenuidad de su marido.
    La novela es narrada por uno de los Díez jóvenes llamado Pánfilo cuyo significado es ingenuo.
    Como es típico en esta época, los matrimonios son arreglados y una joven hermosa es obligada a casarse a temprana edad con un señor que le dobla la edad pero posee una gran fortuna.
    En este caso, Lidia se fija en uno de los criados y hombres de confianza de su marido, con el cual decide que quiere cometer adulterio. Sin embargo, a diferencia del resto de cuentos, este la rechaza una y otra vez debido a que no quiere comprometer su honradez y lealtad, lo que provoca en Lidia un deseo más grande que incluso se podría denominar capricho. Finalmente el criado decide ponerla a prueba para corroborar su amor, lo que en esta época supone un cambio de roles entre la mujer y el hombre, ya que normalmente eran ellos quienes debían ganarse a su conquista a base de pruebas y no al revés. Lidia, con tal de conseguir su objetivo supera estas pruebas, lo que provoca que Pirro(el criado) acepte su proposición de amor.
    Pero, este cuento vuelve a sorprendernos frente a los demás, porque deciden deleitarse de placer en un sitio público, bajo la sombra de un peral a ojos de su marido, quién una vez más es engañado por su mujer y su amante a base de mentiras, haciéndole creer que lo que ven sus ojos no es cierto y que el árbol está encantado. Por lo tanto, podemos observar que el marido es más ingenuo que en ningún otro cuento.

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