Producción literaria del autor
La autora dedicó íntegramente su vida a la literatura. Escribió más de
30 libros entre novelas (23), colecciones de cuentos, ensayos y otros textos
traducidos a más de 20 idiomas.
Su primera novela El grito del
amor la publicó a los 17 años y póstumamente la última Carol y Small G: un idilio de verano. Durante muchos años escribió
cuadernos de apuntes, diarios íntimos, una voluminosa correspondencia y gran
cantidad de textos que quedaron depositados en los Archivos Literarios Suizos,
en Berna, donde se descubre que muchos de los deseos confesados en el secreto
de esos escritos coinciden con las peculiaridades anímicas de sus personajes.
Sus obras literarias narran las historias de personas en situaciones
comunes que se vuelven peligrosas y los obligan a defenderse con una moral
egoísta y tramposa.
Su concepción del suspense se ha etiquetado como novela policiaca entre
Chandler, Agatha Christie y Conan Doyle. Como los dos primeros, escribió novela
en serie. La crítica habla de dos etapas distintas dentro de la producción
literaria marcadas en un primer momento (1950-1979) por la inclusión de la
política y la representación del matrimonio como institución cerrada y opresiva
y después (1980-1995) por la homosexualidad, a partir de la cuarta entrega de
la saga Ripley, la elección de la ciudad como telón de fondo y la importancia
de relaciones interpersonales subversivas.
Entre los personajes, sobre todo marginales e inadaptados, no hay
buenos ni malos, son todos juguetes de instintos y obsesiones ya que no pueden
elegir dentro de la sociedad norteamericana, con lo que se hace eco de las
transformaciones experimentadas por las sociedades occidentales; es un sujeto escindido
de su sociedad convertido en protagonista de sus obras: apátridas, nómadas,
homosexuales, criminales..
Vemos 5 recurrencias temáticas en sus obras: la atención al panorama
político estadounidense, las reflexiones sobre la familia, la construcción de
la masculinidad, o el papel social asignado a las mujeres, la soledad y el
aislamiento y la incomprensión en la vida de la ciudad contemporánea.
Saltó a la fama de la mano de Alfred Hitchcock por su adaptación de
“Extraños en un tren”(1950), un clásico del suspense. La intriga radica en la
idea de un crimen perfectos sin móviles: dos desconocidos ( Bruno – psicópata,
alcohólico, con problemas edípicos y homosexual latente- y Guy – ambicioso,
trabajador y adaptado), que viajan en el mismo tren, acuerdan asesinar cada uno
al enemigo del otro para que jamás sean relacionados con el crimen: el de Guy,
su mujer; el de Bruno, su padre. Guy rechaza y olvida el asunto, pero cuando
Bruno realiza su parte, reclama a Guy que cumpla su parte. En 1953 escribe como
Claire Morgan El precio de la sal ,
reeditada como Carol en 1991, un amor
lésbico como experiencia no traumática con insólito final feliz, lo que le
valió el aplauso del colectivo gays y lesbianas.
En su producción destaca sobre todo la creación del personaje de Tom
Ripley, protagonista de unb quinteto de novelas escritas en 36 años ( de
1955-1991). La 1ª, El talento de Mr.
Ripley, en 1955 a la que sucederían La
máscara de Ripley( 1970), donde lo vemos casado con una rica y hermosa
heredera francesa; El juego de Ripley( El
amigo americano, 1974) donde mantiene una ambigua relación con otro hombre
a quien convierte en una de sus marionetas,
Tras los pasos de Ripley(1980), donde conoce a un adolescente a quien ayuda
a librarse del sentimiento de culpa que padece por parricidio y, Ripley en peligro(1991) que cierra la
serie , donde el protagonista roza la
locura al encontrarse con una insufrible pareja
que conoce los más oscuros secretos del pasado de Ripley.
La crítica sostiene que estas obras nos seducen para que nos
identifiquemos con un asesino encantador, y nos veamos obligados a reconocer
que nuestro universo moral es muy frágil, que acaso también nosotros podríamos
matar. Otras obras son Pájaros a punto de volar, (1938- 1949), 14 relatos escritos durante
su juventud; El cuchillo, (1954), Mar de fondo(1957), Un juego para los vivos(1958), El
grito de la lechuza(1962) donde una persona permanece oculta, mientras todo
su entorno la da por asesinada, y un personaje central es acusado por todos
como el asesino; es un argumento muy semejante al de Crímenes imaginarios (1965); En 1960
escribe Ese dulce mal
–llevada al cine, como casi todas sus obras, con la supervisión de la autora-.
Es un complejo estudio psicológico sobre la obsesión, tema recurrente en sus novelas.
En este caso, David Kelsey, un joven y prometedor ingeniero, parece tener todo
a su favor en la vida. Vive en una pensión donde se le aprecia, en su trabajo
está muy bien considerado, dispone de bastante dinero, goza de la simpatía
popular. Todos los fines de semana sale de la pensión para visitar a su madre,
recluida en un sanatorio para enfermos crónicos. Tres páginas después el lector
descubre que la situación es muy distinta. No hay tal madre, no hay tal
sanatorio. Hay una casa aislada en medio del bosque, donde flota el fantasma de
Annabelle, la mujer de quien Kelsey está locamente enamorado, y con cuya
presencia imaginaria comparte Kelsey el fin de semana. A través de sus cartas
sabemos que Annabelle está casada, y mantiene con Kelsey una amable amistad,
que él interpreta de la peor forma posible. A medida que se avanza en el
relato, las cosas se complican. Kelsey es el amante rechazado que acosa
incesantemente a la mujer de sus sueños, negándose a admitir que la relación no
pasará de la mera amistad. El asedio al que somete a la joven es insistente,
obsesivo, claramente patológico. Annabelle en ningún momento se plantea
mantener una relación amorosa con él, mientras que Kelsey no puede olvidarla.
El resto de la gente que le rodea es tan sólo una comparsa de sombras que
percibe vagamente en medio de la bruma de su obsesión. Hay un crimen
accidental, una confusión de personalidades –otro tema que se repite en la obra
de la Highsmith- y un rápido descenso a los infiernos de la locura. Es de los
mejores estudios psicológicos de la autora, y de los más absorbentes.
En 1964 aparece Las dos caras de
enero. En esta ocasión, el ambiente del libro se traslada a Grecia.
La Highsmith era una gran viajera, y una enamorada de Europa y sus monumentos
clásicos. Los personajes de esta obra son un estafador perseguido por la
justicia en Norteamérica y su esposa, que se ocultan en Europa con una
identidad falsa. Cuando están acorralados y van a ser descubiertos, un joven
interviene y se convierte en cómplice de un crimen, creándose un incómodo
triángulo de consecuencias fatales. En Cnosos muere la esposa, asesinada por
accidente; y a partir de entonces, una especie de juego del escondite mortal
enfrenta al viudo y al “amigo”. Es una novela trepidante, que nos lleva de
viaje por media Europa, Grecia, París, siguiendo a estos dos enemigos mortales
en su duelo.
El diario de Edith (1977) es una novela diametralmente opuesta, a la que muchos califican
como su obra maestra, y que, dado el talante misógino de la autora, no deja de
admirar, por el estudio perfecto, de gran delicadeza, de sutiles matices, de la
personalidad femenina de su protagonista; narra una historia aparentemente
tranquila, bajo la que se esconden bombas a punto de estallar, en su diario
Edith expresa su decepción familiar y con el bonito sueño americano. Otras
obras: La casa negra(1981), Gente que llama a la puerta 1983, El hechizo de Elsie(1986)y la novela
póstuma Small G: un idilio de verano
(1995). Además escribió libros de relatos ( Sirenas
en el campo de golf) y ensayo ( Suspense)
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