El
talento de Mr. Ripley. La idea originaria surge en un viaje a Europa
frente a las playas del Mediterraneo, allí ve aun joven que corre por la
playa y comienza a imaginar a Tom Ripley.
Entre
las notas de la autora en 1954 muestra su intención central: mostrar el
triunfo del mal sobre el bien, en una indagación minuciosa de la
psicología de los personajes y sobre todo en meterse en la cabeza del
asesino. El crimen, el azar y las coincidencias, la ambigüedad del
personaje – que atrae y repele al mismo tiempo- constituyen los
principales atractivos de la obra.
La obra se publica
en 1955 con el título que hoy conocemos, aunque barajó dos títulos ( La
búsqueda del mal y Los chicos del placer) y hoy se conoce como “A pleno
sol”.
Es una obra que se sitúa entre la novela policiaca y la novela negra, con la unión del suspense y el análisis psicológico.
La
serie Ripley está constituida por 5 novelas que otorga el protagonismo
fijo, no a un investigador como en la novela negra, sino a un
delincuente – Tom Ripley- que no es un profesional del delito, pero con
una gran complejidad moral. Sus asesinatos le permiten un lugar en la
clase social asentada y solo vuelve al crimen cuando peligra la
conservación de su status.
Esta obra supuso para
Patricia H. el gran momento de su carrera literaria, ya que con esta
obra consiguió varios premios. Hoy sigue siendo un apasionante thriller
de suspense con acción trepidante, cuyo protagonista no muere sino que
da lugar a cinco novelas ( La Ripliada) que narran las peripecias de
este estafador que suplanta a las personas que asesina.
Resumen:
un millonario americano, Mr. Geenleaf, contrata a Tom Ripley, para que
persuada a su hijo Dickie de que abandone su bohemia vida italiana y
vuelva al hogar. Lo encuentra con su novia Marge y con astucia crea una
amistosa relación que se irá tornando turbulenta y compleja, hasta que
Tom asesina a Dickie y lo suplanta asumiendo su personalidad. Gracias a
una artimaña legal, logra que el testamento de Dickie le sea legado a
él, convenciendo a Marge y a los padres del joven de que su muerte se
debió a un accidente en el mar.
El protagonista de la
novela es la figura prototipo del género del suspense inventado por P.
H., un estafador que suplanta a sus víctimas, ladrón y asesino ocasional
sin moral establecida que crea sus propios valores y nunca es castigado
ni atrapado por la policía. Con esta autora estamos del lado del
criminal. Al principio de la obra Tom Ripley se presenta como un tímido
neoyorquino cuya vida es anodina y ve la verdadera vida pasar a su lado y
dejarlo atrás; al final del relato, con dos asesinatos, varias
falsificaciones y muchas mentiras aparece como un hombre transformado,
feliz y seguro de sí mismo. Ripley es el personaje más perverso de los
creados por P.H. Aparenta ser una persona culta, lector de Shakespeare,
toca Bach al piano, sabe comportarse en la mesa…, la escritora crea un
personaje que sin ser inmoral, ni psicótico, tampoco es un enfermo
mental, pues sus acciones son racionales. La originalidad de Patricia H.
está en que trabaja del lado del asesino, no tanto por simpatía sino
porque le sigue los pensamientos y los explica.
Esta
serie de Ripley está formada por cinco novelas protagonizadas por
Ripley. Forman una serie informalmente conocida como la serie de Ripley.
La primera entrega llevaba el título original de El talento de Mr. Ripley (1955).
Le
conocemos a los 25 años, cuando vive miserablemente en Nueva York y se
gana la vida trampeando. La suerte le pone en contacto con un millonario
que desea que su hijo, Dickie Greenleaf, que vive en Italia con su
novia, regrese a EE.UU. y asuma sus responsabilidades. Ripley acepta el
encargo y, tras hacerse amigo de Dickie, lo asesina y se apodera de su
identidad. Lo extraordinario es que no estamos ante un thriller de
desarrollo predecible en el que el malo comete un crimen y, abrumado por
el peso de la culpa, acaba siendo descubierto. No, esta novela es
psicológica. Lo sucedido lo conocemos a través del punto de vista de
Ripley, quien expondrá los hechos como un psicópata, carente de
conciencia de culpa. Este hombre tímido resulta incapaz de experimentar
emociones fuertes; mata sin sentir. Nada en Ripley parece bien definido,
ni llegamos a saber si es homosexual o no.
Cuando
encontramos a Tom de nuevo en La máscara de Ripley (1970) ya tiene unos
años más, unos 30, y está casado con una elegante y rica mujer,
Heloise. Reside en una villa lujosa cerca de París, dedicado a disfrutar
de sus pasiones artísticas, la pintura y la música. Esta imagen oculta
el lado turbio de su vida, su relación con una trama para vender cuadros
falsos del pintor muerto Derwatt. Un coleccionista norteamericano
descubre el engaño, amenaza con destapar la trama y acabará asesinado.
Ripley actúa con la frialdad que le caracteriza ya en la novela
anterior.
El amigo americano
(1974), cuyo título original se traduce literalmente como El juego de
Ripley, es la mejor del conjunto. Quizás porque aquí no sólo encontramos
la conciencia de Ripley, o su falta de ella, contrastada por el
verdadero sentido de conciencia de su víctima, Jonathan Trevanny.
Durante una fiesta, Tom escucha a Jonathan acusarle de tener mucho
dinero y poco gusto, e idea por ello una sutil venganza. Trevanny está
enfermo de leucemia y carece de medios económicos, por ello le propone
que asesine por dinero, pues así podrá dejar bien situados a su mujer e
hijo. Trevanny, horrorizado en principio, acaba accediendo y se ve
inmiscuido en una ronda de asesinatos.
En la cuarta
entrega, Tras los pasos de Ripley (1980), nuestro asesino sigue
disfrutando de la vida en su mansión. Allí le encuentra un joven
norteamericano, Billy Frank Pierson, autor, adivina enseguida Ripley, de
un parricidio en su país. Lo más interesante del libro es la visita que
realiza con el muchacho a un bar gay en Berlín, donde Ripley se
encuentra a gusto. Su simpatía hacia los homosexuales nos recuerda el
atractivo sentido hacia Dickie, el joven heredero de la primera entrega.
Ripley en peligro (1991), la última novela de la serie, ofrece aún una
cara más madura del personaje. Una pareja de americanos, David y Janice
Pritchard, aparecen en el pueblo donde Tom y su Heloise disfrutan de la
vida de lujo y placer. Los Pritchard conocen la reputación de Ripley, y
saben también de, al menos, dos de sus asesinatos, el de Dickie y el del
marchante de arte Murchinson, y quieren chantajearle.
Nuestra
autora posee un talento excepcional, y su representación de lo humano
agazapado en la sombra, en la línea iniciada por Poe y que pasa por
Kafka, encontró en la creación de Tom Ripley una forma artística y
socialmente provocativa de explorar la supuesta santidad de la vida
siempre truncada por la muerte, causada naturalmente o por una mano
asesina.
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